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Emoción, bochorno y crispación en el recuerdo a Alberto y Ascen

Políticos, víctimas del terrorismo y centenares de sevillanos anónimos recordaron ayer al concejal del PP Alberto Jiménez Becerril y su esposa, Ascensión García, en el décimo aniversario de su asesinato por pistoleros de ETA. (Foto: Paco Cazalla)

el 14 sep 2009 / 23:27 h.

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Políticos, víctimas del terrorismo y centenares de sevillanos anónimos recordaron ayer al concejal del PP Alberto Jiménez Becerril y su esposa, Ascensión García, en el décimo aniversario de su asesinato por pistoleros de ETA. El homenaje no se libró, sin embargo, de la crispación reinante ni de los afanes políticos del PP.

Diez años después de que Alberto y Ascen cayeran abatidos a tiros en la calle Don Remondo, la ciudad de Sevilla se echó a la calle para recordar "el brutal asesinato que dejó a tres niños huérfanos de padre". Así lo recordaba ayer Teresa Jiménez-Becerril, hermana del concejal asesinado, minutos antes de que comenzara la misa funeral en la Catedral. En la celebración religiosa, el cardenal Carlos Amigo Vallejo subrayó que "justificar" el terrorismo lleva a "la prostitución de los ideales", y aseguró que "la democracia, sin fundamento ético, es un castillo de naipes". El homenaje a Alberto y Ascen se convirtió en todo un alegato contra el terrorismo enmarcado en el día mundial de la paz.

En la Capilla Real no cabía ni un alfiler. Minutos antes de las cinco de la tarde ya estaba llena. "Podían haberlo hecho en el Altar Mayor", protestaba Puri, vecina del matrimonio asesinado, que cada año acude religiosamente a la misa y que ayer tuvo problemas para encontrar asiento. Abarrotaban el templo familiares, amigos, la corporación municipal al completo, las consejeras de la Junta Evangelina Naranjo y María Jesús Montero, y cientos de sevillanos.

También estuvieron los pesos pesados del Partido Popular en Sevilla y Andalucía, formación en la que militaba Alberto.Entre ellos, el eurodiputado del PP Jaime Mayor Oreja, el presidente del PP-A Javier Arenas,el ex líder del PP vasco Carlos Iturgáiz, la alcaldesa de Cádiz y candidata del PP al Congreso por Cádiz Teófila Martínez, la candidata del PP al Congreso por Sevilla Soledad Becerril, el presidente del PP en Sevilla, José Luis Sanz, y Ricardo Tarno, entre otros.

En un plano más discreto, en la segunda banca, comparecían al trago amargo los tres hijos de Alberto y Ascen: Ascensión, Alberto y Clarita, acompañados de sus tíos. Y junto a ellos, otras víctimas del terrorismo como José Antonio Ortega Lara, secuestrado por ETA durante 532 días; María del Mar Blanco, hermana del concejal asesinado en 1997 Miguel Ángel Blanco; Consuelo Ordóñez, hermana de Gregorio Ordóñez, también muerto a manos de etarras en 1995; y María Jesús González, madre de Irene Villa, víctimas ambas de una bomba en 1991 de la que sufrieron graves secuelas. Con un ramo de flores blancas llegó ya empezada la misa el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Francisco José Alcaraz.

En su homilía, Amigo Vallejo pidió a los presentes que "por lo que más queráis, no endurezcáis el corazón, sino llenarlo con esperanza de que es posible la paz". El cardenal indicó que los que buscan la "paz sin comenzar por ella están equivocados". "Tanto mal han causado que no pueden pedir que renunciemos a la Justicia", recriminó.

El prelado indicó que la "dignidad y la vida de las personas ocupa el primer puesto de los valores", y recordó que las "heridas" producidas por el asesinato perpetrado por ETA fueron "grandes". "La vida es dignidad y ésta es tan sagrada que nadie puede destruirla", sentenció.

Una vez finalizado el acto religioso con el himno de España en los sones del órgano catedralicio, lo religioso dejó paso a lo civil, o mejor dicho, a lo político.

Nada más salir de la Catedral, Mayor Oreja calificó de "repugnante" el asesinato de Alberto y Ascensión y destacó que ni Sevilla ni el PP cedieron ante la presión etarra, ya que tuvieron una reacción ejemplar".

uso partidista. Hasta ese momento, todo transcurrió por los cauces normales. La cosa empezó a torcerse cuando Iturgáiz se sometió a los micrófonos de los medios. "Nunca olvidaremos lo que sucedió, ya que las alimañas de ETA los mataron". Y se encendió, confundiendo indignación con rentabilidad política, anunciando que si en las elecciones generales del 9 de marzo gana su partido, el PP, "vamos a ir a por ellos; sin embargo, si gana Zapatero, a la serpiente sólo le cortarán la cola, y así no se les mata". "A las serpientes se les mata sólo cortándoles la cabeza", apostilló. Y como eso, todo en plena Puerta de los Palos. Que si Zapatero es como un "bombero pirómano", que la ilegalización de ANV "llega tarde"...

y el bochorno. Con todo, los momentos de máxima tensión y más bochornosos se padecieron en plena calle Don Remondo durante el tributo floral que Sevilla le ofreció a Alberto y Ascen ante su placa. El alcalde coronó el acto con unas palabras poéticas que una mujer del público, fuera de quicio, no encajó bien, rompiendo el respetuoso silencio para increpar al regidor al grito de "¡no queremos poesías, sino que ilegalicéis a ETA! ¡Queremos un Gobierno que no mienta!".

Monteseirín trató de razonar con ella, pero fue imposible. Como imposible le fue a su esposa, Felisa, contenerse, replicando también a gritos a la mujer: "¡Usted no sabe lo que es vivir así; es muy triste que mis hijos no puedan abrir siquiera el buzón de mi casa por miedo a los terroristas, y así llevamos diez años!".

Al final, ambas mujeres debieron abandonar el lugar presa de los nervios ante el malestar generalizado de los presentes, que asistieron impávidos a lo sucedido y les recriminaron que un homenaje tan emotivo finalizara de forma tan crispada.

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