La templanza y el equilibrio son dos conceptos necesarios ante la larga semana que se avecina en el Betis. El equipo está a dos puntos del descenso y no acaba de acelerar. Cierto, pero viene de derrotar al Sevilla y empatar con el Barcelona. Perder en el Bernabéu es algo que entra dentro de lo lógico.
Las noticias que fluyen desde la calle Jabugo con el tamiz más o menos interesado de los diversos intermediarios que las transmiten coinciden en que el puesto de Francisco Chaparro no corre riesgo. No le faltan enemigos al trianero en el club, pero el que manda sigue confiando en él y eso puede con todo. Argumentos a favor y en contra de esta decisión los hay a manojos, y sólo Lopera tiene la decisión. Lo único cierto en estos momentos es que los equipos situados en la cola han comenzado a apretar, porque no podía ser de otra forma teniendo en cuenta sus escuálidos resultados hasta ahora, y el descenso se coloca sólo a dos puntos.
Los detractores de Chaparro pondrán el grito en el cielo y quizás con algo de razón no entienden cómo un equipo reforzado a base de talonario (el fichaje de Oliveira es el último ejemplo) puede pasar por tantos apuros clasificatorios. Tantos, que resulta que el actual Betis es peor que el de Luis Fernández, por ejemplo, en la temporada 2006/07 y a estas alturas, sólo empeorado por el de Serra Ferrer en su segunda temporada (2005/06). Y los números siguen arrojando fuego sobre Chaparro, ya que este Betis es el quinto peor desde la década de los setenta cuando se llevan disputadas 24 jornadas de Liga.
A favor de Chaparro. Dos consideraciones habría que tener en cuenta en beneficio de Chaparro. En primer lugar, que el conjunto verdiblanco se encuentra inmerso en plena pelea ante los mejores equipos de la Liga. Y los resultados no están siendo desastrosos, ni mucho menos. De hecho, las mejores cuentas que se echaron en el vestuario pasaban por dos victorias y un empate en estos cuatro partidos, con lo que de ganar al Villarreal estarían cumplidas.
Se le ha ganado al Sevilla, se ha empatado con el Barcelona y se ha perdido con el Madrid. Conviene actuar con mesura y esperar a cumplir con la misión de la permanencia en los partidos que llegan después del choque contra el Villarreal: Mallorca, Osasuna, Deportivo, Numancia, Racing y Sporting. Ahí es donde Chaparro se la jugará y Lopera debe ofrecerle esa posibilidad. Sólo una derrota muy dolorosa el domingo y una reacción clamorosa de la grada en contra del técnico propiciarían el relevo. Es de suponer, además, que gente como Edu y Capi puedan regresar al equipo en el tramo definitivo del año. Se les necesita.
