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Economía

'En España nos estresamos porque somos muy envidiosos'

El estrés azota a más de la mitad de los españoles y con más fuerza con cada ERE que se anuncia. Por eso el Instituto de Estudios Cajasol invitó ayer a Sevilla a este speaker, un maestro en poner "buena cara" a pesar del tiempo

el 16 sep 2009 / 05:04 h.

-Conteste rápido que hay prisa. Estrés ¿novedad o tradición?

-Tradición. Séneca ya decía en La Tranquilidad del Alma que los hombres vivimos acelerados y que es necesario disfrutar de las cosas normales, como los amigos.

-O sea, que en 2.000 años no hemos aprendido nada.

-Con matices. Seguimos sin valorar lo que tenemos y queriendo lo que no podemos tener y eso es la base de esa frustración que causa lo que denominamos estrés. Pero hemos avanzado mucho en conocernos a nosotros mismos y nuestras limitaciones. Sólo nos falta practicarlo más.

-En España, ¿cómo llevamos el tema?

-Podríamos llevarlo mejor. Según la OCU la mitad de los españoles sufren estrés laboral y con la crisis la situación irá a peor.

-Pero ¿los españoles no éramos personas tranquilas?

-En casa de herrero, cuchillo de palo. Somos más tranquilos que otros europeos, pero nos comparamos más. Somos demasiado envidiosos, no sólo en cuanto a las posesiones, como los estadounidenses, sino también en cuanto a otros atributos sociales, como disfrutar de fama o tener pareja.

-¿Nuestra cultura laboral ayuda?

-No. De hecho tenemos asociado que para trabajar más y mejor hay que estar estresado. Existe esa creencia de que la comodidad invita a la relajación y no es cierto. Se puede trabajar a gusto y ser productivo a la vez.

-El paro tampoco es cómodo...

-Hay que diferenciar entre el estrés inducido, que se basa más en una insatisfacción psicológica, y el estrés derivado de pasar a un estado real de inseguridad. Ese es más duro, pero puede combatirse.

-Entonces, ¿qué recetas para el estrés inducido?

-Hacer balance de lo que tenemos y reconocer nuestros límites. Ello recae en dos tareas: valorar lo bueno que hay en nuestras vidas y no ansiar imposibles.

-¿Y para el estrés fundamentado? Llamémoslo ERE.

-Ante todo desechar la pasividad. Hay que seguir poniendo en práctica las habilidades que tenemos. Obviamente lo mejor es hacerlo con un nuevo trabajo, pero si eso se retrasa es muy bueno dedicarlas a hacer otras cosas, como ponerlas al servicio de una ONG. Sentirte útil es la mejor de las medicinas. Además, cuando falla el trabajo también es fundamental apoyarte más en alguna de las otras tres patas que nos sustentan, es decir, la familia, los amigos o la salud.

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