José Rabadán, más conocido como el asesino de la catana, quedó en libertad la medianoche del pasado 1 de enero tras cumplir siete años, nueve meses y un día de pena por el parricidio de sus dos progenitores, Rafael Rabadán y Mercedes Pardo, y el asesinato de su hermana pequeña, Mercedes, a quienes mató con una catana en la madrugada del 1 de abril del 2000.