Una violenta explosión en un bloque de pisos de un barrio marginal de Gavà (Barcelona), al parecer causada por una fuga de gas natural, provocó la pasada madrugada heridas a casi medio centenar de vecinos, de los que 18 permanecen hospitalizados en estado muy grave, con riesgo de muerte, y 4 en estado grave.
La explosión, cuyas causas aún se desconocen aunque todo apunta a que se debió a una fuga de gas, interrumpió hacia las tres de la madrugada el sueño de los vecinos de este barrio marginal, habitado mayoritariamente por inmigrantes y personas de etnia gitana, provocando el caos y el desconcierto. La policía científica de los Mossos d'Esquadra ha abierto una investigación.
Un total de 42 vecinos requirieron algún tipo de atención médica tras la explosión, en su mayoría por quemaduras, inhalación de humo y politraumatismos, si bien también se registraron varios casos de crisis de ansiedad. De todos los heridos, 23 aún permanecen hospitalizados, de los que 18 se encuentran en estado "muy grave", cuatro en estado "grave" y uno con pronóstico "leve". Siete de los heridos de extrema gravedad son menores de edad. La propia consejera de Salud de la Generalitat, Marina Geli, confirmó que la vida de 18 heridos "corre peligro". Algunos de los heridos muy graves presentan quemaduras de segundo y tercer grado en entre el 15% y el 90% del cuerpo.
El caos, el miedo y la impotencia, pero también la solidaridad, confluyeron la pasada madrugada después de que una violenta explosión. Hanna, de origen magrebí, confundió una primera explosión con un seísmo: "He oído un boom y he creído que era un terremoto, aunque he pensado que era raro en Gavà. Luego, he mirado por la ventana y he visto como explotaba una casa", ha relatado esta vecina de un inmueble cercano.
Escenas dramáticas. Todos los testigos describen imágenes dramáticas de personas corriendo, gritando, algunas en pijama, otras desnudas y con quemaduras en gran parte del cuerpo. Algunos eran niños. Cristóbal Cruz explicó que, al ver el dantesco panorama, los vecinos se lanzaron a ayudar a las víctimas y utilizaron escaleras para acceder a los pisos más altos y sacar de allí a personas heridas, sorprendidas por la explosión en sus propias habitaciones, mientras dormían.
"Hemos tenido que coger a gente quemada en brazos y meterlos en los coches como hemos podido para llevarlos al hospital. Hemos sentido mucha impotencia y mucho miedo. No sabíamos qué hacer", afirma este vecino, que recuerda que algunos heridos tenían quemaduras graves pero sólo se quejaban del frío.
