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"En Sevilla la gente tiene buen gusto, sabe lo que quiere y compra barato"

Es la promotora de CN Interiorismo, una firma que se encarga de asesorar a sus clientes para crear un ambiente ideal y que abre estudio en el centro.

el 01 sep 2012 / 18:42 h.

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Concha Núñez (Sevilla, 1975) puso en marcha hace siete años CN Interiorismo, una firma que se encarga de asesorar a los que menos tiempo tienen sobre la mejor manera de sacar el máximo partido a un espacio. Ahora afronta un nuevo reto: la apertura de un estudio en la calle San José, que le permitirá tener un escaparate en el centro de la capital y acometer nuevos proyectos.

–¿Genera mucho negocio la decoración en la ciudad? ¿La gente se preocupa por este asunto?
–En Sevilla la gente no quiere un decorador. Creen que es caro y los más jóvenes no tienen tiempo para buscar cosas para la casa. Yo les presto ese servicio más que decorar en sí. Asesoro al cliente de todos los estilos, desde los más clásicos a los más modernos. Por eso digo que hago una función de apoyo que puede ser considerada de personal shopper. Aquí la gente tiene muy buen gusto, sabe lo que quiere y compra muy barato. En otras ciudades, como Madrid, hay más dinero y se invierte más en decoración, quieren productos más caros y exclusivos.

–¿Cuál es su perfil de cliente?
–Suelen ser parejas que tienen que trabajar mañana y tarde, con poco tiempo y con hijos. Además, los hombres cada vez se implican más en la decoración. La gente no puede ir a pelearse un sábado por la mañana con su pareja para ver si las cortinas serán de rayas o de flores. Normalmente, requieren estos servicios las personas que se mudan a una segunda vivienda y que ya saben cuánto cuestan las cosas.

–¿El que presta es un servicio exclusivo?
–No, aunque con el tiempo intento darme un poco a valer. Antes hacía más proyectos low cost, con muebles de sitios baratos para personas que tenían que decorar pisos de alquiler. El tiempo me ha ayudado a dirigirme a otros clientes. En un proyecto hay que combinar elementos de todos los precios. En realidad, lo que me hubiera gustado hacer es arquitectura, aunque la nota no me llegó e hice perito agrícola. Mi trabajo me apasiona y he conseguido trabajar en lo que quería desde niña.

–¿Cómo pone precio a su trabajo?
–Es difícil. Una cosa es la venta y otra el asesoramiento, no es momento de cobrar ideas, hoy por hoy es un valor añadido que le ofrezco al cliente para poder subsistir, incluyendo en el margen de las ventas el servicio de decoración.

–¿Cómo es la competencia?
–Los precios están por los suelos. Por un lado, están las grandes superficies que venden las cosas muy baratas. Por otro, las tiendas de telas han desaparecido porque han ido cerrando una detrás de otra. De eso me he beneficiado, por eso puedo decir que la crisis no me ha arruinado, si bien es cierto que hay que trabajar tres veces más para cobrar la mitad y a veces aceptas trabajos que sabes que no te van a reportar nada económicamente pero que te abren puertas.

–¿Trabaja para empresas?

–He hecho pisos pilotos para algunas promotoras, pero las empresas del sector ahora no son una buena opción para el negocio, ya que no cuentan con la financiación necesaria. Por eso prefiero trabajar con particulares. Con ellos no he tenido problemas de impago hasta ahora. Cobro el 50% al inicio y otro 50% al final y con esa fórmula me va bien. En cualquier caso, no quiero coger proyectos grandes, porque no se sabe qué puede pasar.

–¿Cómo da a conocer un negocio como el suyo?

–Muchos te conocen a través de la publicidad, de las redes sociales y de la web. Mi cliente es el del boca a boca, que en Sevilla funciona muy bien. De hecho, muchas veces asumo errores para no perder clientela y tener buena imagen de cara al desarrollo de otros proyectos. Con el negocio estoy apostando mucho, porque el ser autónoma es muy costoso, ya que supone más de 250 euros al mes que se suma al IVA trimestral, y los gastos de alquiler, luz, agua ,teléfono, seguros... Por eso me da rabia que haya gente joven que no coja trabajo cuando está en el paro porque le pagan poco. Yo creo que es el momento del emprendedor, trabajar sobre una idea y no esperar a que las cosas se resuelvan solas. No veo justa la economía sumergida, ya que la costeamos nosotros mismos con los impuestos, no es un regalo de los políticos.

–¿Cuándo decidió montarlo?
–Hace siete años. Muchas veces me he desanimado y he pensado incluso en no seguir, porque me han tocado años muy difíciles, pero al final siempre he acabado apostando por continuar haciendo lo que me gusta. Por eso con las ganancias sigo invirtiendo en la empresa. Tampoco tengo la seguridad de que dentro de cinco años vaya a seguir aquí a pesar de la inversión. Pero ésa es la mentalidad del emprendedor. Hay que trabajar mucho para tener un negocio consolidado pero animo a todo el mundo a emprender desde cero, aunque no se tenga dinero. Hoy con un móvil y un coche tienes una oficina sin tener que hacer una gran inversión. Hay que currárselo mucho.

–¿Qué paso quiere dar ahora?
–Me gustaría trabajar en equipo, aunque es complicado. El ritmo de un autónomo es difícil de llevar. De hecho, llevo buscando socio desde que comencé, pero no quiero alguien que necesite un dinero extra, sino una persona que se implique al 100%. Me gustaría poder compartir todo esto, porque la Ley del Autónomo es muy dura, toda la responsabilidad recae sobre tus hombros, a lo que se suma la subida del IVA, que nos va a afectar mucho. Las ventas exclusivas están muy mermadas con las tiendas de chinos y las grandes superficies. Además, he apostado fuerte por abrir un estudio en la calle San José, justo cuando todo el mundo se va del centro. La idea es que el cliente cuente con un punto de referencia para venir, aunque hay que seguir yendo a buscarlo a su casa. El edificio tiene un patio que quiero utilizar como showroom y talleres de distinto tipo relacionados con la decoración, así como exposiciones de pintura. La idea es dinamizar la empresa constantemente, ya que es un buen escaparate, está en un sitio estupendo y de mucho tránsito.

–¿Y tiene proyectos fuera?
–Ya he hecho algunos en las zonas de playa, como Costa Ballena, Sanlúcar de Barrameda, El Puerto... No tengo ningún problema en desplazarme, aunque con la crisis ha bajado mucho la demanda en la segunda vivienda. Al cliente hay que ir a buscarlo adonde sea. Por mucha publicidad que hagas, hay que fomentar el consumo entre la gente que más tiene y puede gastar. No debe criticarse que compren los que pueden porque es necesario para la economía.

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