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"En una librería especializada como ésta cuesta dar salida a un ‘best-seller'"

el 20 oct 2012 / 19:15 h.

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Jesús Barrera en la librería que puso en marcha hace un año y ocho meses, -, situada en la calle Regina de la capital hispalense.

Jesús Barrera (Morón de la Frontera, 1983) se lanzó al negocio librero casi por casualidad. Su búsqueda infructuosa de publicaciones relacionadas con la publicidad y el arte le dieron la clave del negocio. Un gato en bicicleta, que cumple ya un año y ocho meses, se ha convertido en un espacio de referencia en el mundo cultural de la capital hispalense.

–Montó una librería en un momento de crisis económica general y del sector en particular... ¿Un salto a la piscina?

–Totalmente. Es inconsciencia absoluta. Mi idea siempre había sido dedicarme a las relaciones públicas dentro del arte contemporáneo. Pero si el mundo de los libros está mal, el del arte, peor. Siempre he querido tener una galería con una pequeña librería y al final le he dado la vuelta al abrir una librería especializada con una parte de galería para exposiciones. Pero no fue algo premeditado. Todo viene de que mi pareja estudió Bellas Artes y estaba buscando libros especializados en el tema y yo en publicidad y no los encontrábamos. Vimos que no había nada así en Sevilla a pesar de que mucha gente demandaba este tipo de publicaciones. Llamamos casi sin pensar al ver que se alquilaba el local, nos enamoramos perdidamente de él y nos lanzamos a abrir el negocio.

–¿Cómo le ha ido en estos casi dos años?

–Al principio tuvimos que buscar dinero debajo de las piedras, pero conseguimos lo suficiente para poder arrancar. Tuvo muy buena aceptación, pero todo ha sido muy progresivo, que es como yo quería que saliera la historia. No quería dar el bombazo y que luego se desinflara. Hay que tener en cuenta que hemos nacido en plena crisis.

–¿Quién suele interesarse por los libros que vende?

–Hice un estudio sobre el perfil de cliente y no me equivoqué. Suelen tener entre 25 y 45 años y ser de un nivel sociocultural medio alto. Un poco el público que yo había visto antes de abrir que requería este tipo de publicaciones. Mucha gente decidía irse a Madrid a comprar libros que no encontraban aquí y, de hecho, muchos me dicen que por fin pueden encontrarlos en Sevilla. El nivel económico también suele ser alto porque el libro especializado es, habitualmente, más caro. De hecho, ahora es cuando más noto la crisis, porque muchos de mis clientes son funcionarios y lo están pasando peor. Sucede en todos los comercios de la calle [Regina], que tenemos perfiles de clientes parecidos. Estamos pensando ya en Navidad.

–Es que su negocio es muy estacional ¿no?

–Sí. De hecho la Navidad es lo que te da para pagar las cuentas del año (ríe). Octubre es un buen mes y abril se me da bien, aunque en Feria apenas se vende. En Semana Santa vendo bastante porque la librería está en un sitio de paso y hay muchos extranjeros que sí compran. Quizá no se llevan libros, pero sí otras cosas como arte, camisetas, cuadernos... que tiran de las ventas.

–¿Incluye otros artículos porque el sector del libro no pasa por buen momento?

–El beneficio que se obtiene por la venta de un libro es mínimo porque el precio viene marcado y el margen es de entre el 25% y el 30%. Por eso diversificamos. De hecho, vamos a darle una vuelta al establecimiento y vamos a incluir más ropa de diseñadores, la mayoría de Sevilla.

–¿Hay mercado para abrir nuevas librerías en Sevilla?

–Hay espacio aún para hacer cosas. Hoy día el libro especializado es lo que vende en librería, porque los ebooks se han comido a los best sellers, que son los que venden las grandes cadenas y que sí lo notan más. Pero en este barrio hay una red de librerías especializadas como La Fuga, La Extravagante, Rayuela... Entre todos y sin querer hemos creado una red de apoyo en la que nos mandamos clientes unos a otros. Las pasadas Navidades probé a tener Ruiz Zafón por ver si ese tipo de libros se vendía, pero costó porque el que viene aquí no busca eso, sino un regalo especial en un sitio en el que se le asesora, lo que hace al cliente más fiel.

–Y ofrece más cosas relacionadas con el arte...

–Porque la idea desde el principio era que fuese un espacio cultural, no solo una librería. Tenemos teatros, conciertos, presentaciones de libros y eso dinamiza mucho la librería. Nos hace subsistir porque la gente aprovecha y compra. Sirve para dar a conocer la librería y las novedades. Para mí es clave salir a buscar al cliente de alguna forma para que el negocio funcione.

–Está especializado en Arte. ¿Cuál es el que más tirón tiene?

–Va por temporadas. Hay momentos en los que se vende mucha poesía y otros en los que no. La fotografía está de moda, aunque también tiene sus picos, al igual que todo lo que tiene que ver con el diseño gráfico.

–¿Tiene intención de replicar el negocio en otro punto de Andalucía?

–Ahora no, aunque es una oportunidad. Me encantaría llevarlo a Málaga, que tiene mucho movimiento cultural. Es la ciudad de los museos. Y en Jerez están montando una parecida.

–¿Cuáles son las mayores dificultades que se encuentra?

–Las distribuidoras apuestan por las grandes superficies y cuando pides un libro tardan mucho en mandártelo porque eres su segundo plato. También las editoriales independientes lo son en muchos casos, de ahí que muchas veces nos pongamos en contacto directamente con ellas. Además, la distribuidora es la que se lleva el margen mayor.

–¿Qué proyectos baraja?

–Vamos a lanzar nuestra editorial para sacar productos que nos interesan, aunque nuestra pretensión no va más allá. No tenemos intención de distribuir. La idea es hacer libros artesanos, que incluyan ilustraciones propias, muy artístico. En Sevilla no hay.

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