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Entre los jueces y Obama

Los columnistas de periodicidad semanal parecemos jurados de un certamen de literatura, tenemos que seleccionar a quien premiamos con nuestro artículo. En esta ocasión, el premio debería corresponder a Obama, pero con la inflación...

el 15 sep 2009 / 21:32 h.

Los columnistas de periodicidad semanal parecemos jurados de un certamen de literatura, tenemos que seleccionar a quien premiamos con nuestro artículo. En esta ocasión, el premio debería corresponder a Obama, pero con la inflación de las dos últimas jornadas parece conveniente aligerar la saturación. No obstante, después de cinco horas en autobús con la Cope a ese volumen que impide el duermevela a los viajeros, resulta necesario advertir la soledad de Aznar. Resulta que es el único que mantiene la opinión favorable a Bush, los demás, incluidos los suyos, apostaban por lo que representa el nuevo presidente de los Estados Unidos. En la emisora citada repiten cuantas veces le viene en gana la indignación de un aznarista por lo feliz y contento que se encuentra Zapatero con el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Hay que ser torpe para enfadarse con el ánimo del presidente del Gobierno pertenece a una lógica cantada por la realidad. Entre ambos no se comunicarán todos los días, pero mantendrán la cordialidad debida a la representación que ostentan sin que España sea la colonia con la que fue tratada en un tiempo más o menos cercano.

La fiebre con Obama pasará en unas fechas y, probablemente, sean los jueces quienes ocupen todos los espacios. Están decididos a ir a la huelga en un momento inoportuno porque constituyen un Poder del Estado, aunque su configuración básica no sea democrática, y deberían dar ejemplos de diálogo a la ciudadanía. Las reivindicaciones que formulan son las que originaron en el siglo XIX el dicho popular que compara cualquier desorden con un juzgado viejo, y quizás tengan razón, pero extraña tanto tiempo de silencio. En cualquier caso, les asiste el Derecho, que pueden utilizar como les convenga. Nada que oponer, salvo un apunte necesario. El juez Tirado figura entre los muñidores de la convocatoria, mediante correos electrónicos en los que imprime un lenguaje altanero y cercano a la chulería cuando todavía están calientes las razones que le han dado fama. En la conclusión que cualquiera puede alcanzar puede apreciarse cierta inmoralidad o, quizás, ausencia de dignidad social.

Periodista

daditrevi@hotmail.com

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