Feria de Abril

Entre Peppa Pig y el “toma, que toma, que toma”

Pocas novedades en una Calle del Infierno que aguarda los días grandes para hacer negocio

el 17 abr 2013 / 22:46 h.

calle infierno 02 - FERIA La situación no está para muchas novedades en la Calle del Infierno, apenas las hay. Los más les dan una mano de pintura a las viejas atracciones y a buscarse un año más la vida en este duro trabajo de ir de feria en feria por toda España. Pero si se buscan se encuentran. Cerca de una de las norias donde los pobres ponys dan vueltas y más vueltas paseando a los chiquillos, y del Scalextric Fantasía, está una de éstas: el Auto de Papá, una pequeña atracción en la que tres de los coches de la película Cars, encabezados por ese gran amigo de los pequeños que es Rayo McQueen, botan, van hacia adelante, hacia atrás, bailan... El barbateño Alonso Varo debuta en la Feria de Sevilla este año, por lo que afirma que “no puedo comparar, pero por lo que dicen los demás, va bien, como en años anteriores”. Un viaje cuesta tres euros, como la mayoría de los cacharritos, y cuatro 10. calle infierno 02 - FERIA Un poco más caro, a 3,50 euros, está el ticket para subirse en otras de las novedades del año en el recinto ferial: el Flip Fly, una atracción para los atrevidos, con todo tipo de vueltas, a los lados, arriba, boca abajo... –se aconseja ir con el estómago vacío– y a la que desde lejos va acercándose el personal gracias al arte de su animador, que a través de los altavoces anima a subirse al son del “toma, que toma, que toma”. Es Christopher Prieto, y viene de Extremadura. La misma empresa lleva años trabajando en la Feria de Sevilla con otra atracción, y señala que “está más flojita la cosa, pero la gente se anima”, y él hace todo lo que está en su mano para lograrlo. calle infierno 01 - FERIAJunto a estas novedades, los grandes clásicos siguen siendo los favoritos de los sevillanos y de los que se acercan hasta este rincón del Real donde el sol pega de lo lindo. Este paraíso de jovencitos y de familias con niños pequeños que tienen que mirar muy bien el bolsillo antes de empezar a montarlos en las calesitas, y aún más si son varios los incansables pequeños dispuestos a subirse una y otra vez al módico precio de tres euros, la mayoría. Y qué decir de las tómbolas. Hay decenas, de distinta fórmula: desde las clásicas papeletas a los dardos que explotan globos o la pesca del peluche o el llavero de turno. Estos puestos atraen a personas de todas las edades por su atronador sonido y sus múltiples peluches de colores, además de todo tipo de productos, útiles o no. La gran atracción este año son los peluches de la serie de dibujos animados Peppa Pig, que bien conocen los más pequeños de la casa, en todos los tamaños. También hay Peppa Pig en los puestecillos que se encuentran en Los Remedios, en las inmediaciones del Parque de los Príncipes. Otra de las novedades es el regreso de Furby, que en color naranja muestra Roberto –en la imagen–. Se trata de la reproducción de un juguete electrónico de finales de los años 90, de la época de los Tamagotchi. Son también los niños los que lo piden por su nombre: “Yo no lo conocía hasta que empezaron a pedírmelo”, reconoce este feriante. Tómbolas, atracciones, algodón de azúcar, gofres y chocolate. La mezcla perfecta para el disfrute de toda la familia en el Real. Aunque sea un ratito, y con poco dinero en el bolsillo, es una parada ineludible.

  • 1