-¿Por qué el mueble?
-El fundador de la empresa fue mi padre, Francisco Sarria Arispon, en 1959, y él venía de una familia de altos ebanistas. Al principio, vendía más electrodomésticos que muebles. A raíz de esa matriz, poco a poco, el negocio se fue dirigiendo hacia el sector del mueble y nos fuimos incorporando los hijos, cinco de los siete hermanos. En 1980, mi padre sufrió un infarto y nos hicimos cargo los hijos y desde entonces hemos crecido a través de la creación de distintas marcas para atender los diversos segmentos del mercado. Actualmente, el 75% del negocio procede del mueble y el resto de los electrodomésticos. Tenemos once marcas.
-¿Cuáles son?
-Está Muebles Sarria, que son superficies destinadas al mueble; Tiendas Sarria, donde introducimos otros productos como cocinas; Muebles Melero, destinados a un poder adquisitivo medio; Tiendas Sarria Sofá, donde se venden además sofás y colchones, y Yotau, especializado en el mueble colonial. También tenemos un Factory, donde liquidamos los restos de las otras empresas y que ahora está teniendo mucho éxito; Proyem, una línea de negocio dirigida a promotores y constructores para proyectos de llave en mano y, además, tenemos dos fábricas y una línea de tiendas especializada en muebles a medida, Tu forma.
-¿El éxito de su firma demuestra que no hay que ir a la capital o al área metropolitana a comprar muebles?
-El hecho de estar fuera del área metropolitana nos permite ser más competitivos, porque el suelo es más barato y también los impuestos municipales. Por ello, vienen desde Sevilla y del resto de Andalucía a comprarnos. Todo el sector nos considera un competidor muy agresivo, además, porque somos muy diferentes a lo que se puede encontrar en otros sitios. Nuestras fábricas también nos hacen parte de los muebles, lo que nos permite ahorrar costes.
-¿De dónde proceden sus muebles, de sus fábricas?
-Una parte sí, un 15%, pero no tienen capacidad para dar cobertura a todo lo que vendemos. El 75% procede de otros lugares de España y el resto de la importación de países como China, Italia, EEUU, México o Brasil.
-¿Cómo le ha afectado el fenómeno Ikea?
-Nos ha influido poco, porque no tenemos el mismo perfil de cliente. Aquí nos piden un buen servicio a un precio competitivo. Creíamos que nos iba a afectar hasta un 6% en las ventas, pero apenas ha llegado al 1,2%, y en su mayor parte, en temas de decoración.
-Que ventajas competitivas ofrece su empresa?
-Somos fabricantes y estamos especializados en muchos campos. Por ejemplo, tenemos 40 personas sólo para instalar aires acondicionados. La política no es ganar mucho con pocos muebles, sino vender mucho con poco margen.
-¿Cómo le está afectando la crisis del ladrillo?
-No nos está afectando en la medida en que lo está haciendo al sector, provocando caídas del 18,5% en el mueble y del 26% en electrodomésticos. Sarria ha bajado el 8% sus ventas hasta junio. Es la primera vez en nuestra historia que caemos, pero estamos satisfechos porque el sector está peor. Vamos a suplir estos descensos con la apertura de tiendas de muebles a medida.
-¿Ha perdido algún proyecto de llave en mano por ello?
-Con dos empresas hemos tenido que renegociar su financiación porque no vendían sus casas.
Tenemos varias promociones en cartera y más de 60 actuaciones, también en hoteles. Ahora estamos amueblando dos promociones que suman casi 300 viviendas.
-¿Inversiones previstas?
-Tenemos varias en Huelva y Málaga, pero vamos a esperar un poco hasta verlas venir el año que viene. Ya tenemos comprados los terrenos para instalar grandes superficies de Muebles Sarria.
-¿Y sus planes de expansión ?
-Estamos estudiando la puesta en marcha de una franquicia de muebles a medida a nivel nacional, aunque primero probaremos cómo va y luego nos expandiremos.
-¿Qué objetivos de ventas se marcan para este año?
-Teníamos previsto vender 20 millones, pero vamos a acabar en la cifra de 2007, en 18,5 millones.
-¿Cuál es su postura ante la desaceleración actual?
-Hay que transmitir optimismo moderado y positivo. Ya no es que haya crisis económica, sino que hay una crisis de confianza que hace que se retenga el consumo. Ello sumado a la falta de liquidez, la subida de los tipos o el alza de las hipotecas, está marcando al mercado. Es el momento de ser optimista porque el pánico provoca más pánico. Es la hora de arremangarse, trabajar y buscar nuevas oportunidades de negocio.
-¿Cómo afectará al sector?
-Está muy atomizado y poco profesionalizado, lo que ha hecho que haya demasiada oferta. Estas crisis son negativas, pero reajustan el equilibrio entre la oferta y la demanda, y provoca que el mercado se deshaga de las firmas que no pueden soportarla.