San Gonzalo corrió para llegar a la Campana en hora.
Entre el aciago Domingo de Ramos y el tercer Martes Santo consecutivo sin cofradías en la calle, sólo se salva el Lunes Santo, la única jornada que en esta Semana Santa si exceptuamos el Viernes de Dolores ha estado plena de cofradías. Su delegado de día, José Carlos López Alba, que se estrenaba en el cargo, no disimula la preocupación y la tensión con la que vivió toda la jornada, aunque al final pudo disfrutar y relajarse cuando, con todas las cofradías en la calle, pasadas las 21 horas, las predicciones de lloviznas se redujeron al 40% y después al 30%.
Apenas unas gotas mojaron el cortejo del Polígono de San Pablo a primera hora de la tarde, pero el resto del día transcurrió sin agua, así que el delegado del Lunes Santo alaba la valentía de Miguel Ángel Campos y su junta de gobierno que se lanzó a la calle esperando que las predicciones del 70% se equivocaran. El riesgo era que no nos podían concretar la duración de la llovizna, pero Aemet siempre aseguró que no habría chubascos como los del Domingo de Ramos, detalla López Alba.
No obstante, relata el delegado, todo se tomó con cautela y entendió perfectamente que, tras la experiencia del año pasado, la hermandad de San Gonzalo que tuvo que refugiarse en 2012 pidiera una hora y después media más de demora antes de tomar la decisión de salir. La única condición es que llegaran a su hora a la Campana y así fue. Las hermandades con recorridos tan largos siempre tienen la posibilidad de acortarlo, detalla, y, como el año pasado, San Gonzalo salió a la avenida de Coria directamente por la calle Virgen de la Salud. Con todo, los que más se lo pensaron fueron los miembros de la junta de gobierno de Santa Marta, apunta López Alba. Aunque la corporación de San Andrés salió puntualmente, hasta ese mismo momento no comunicaron al Consejo su decisión. El resto de la jornada transcurrió con normalidad aunque con la preocupación lógica de atender a todas en caso de que se pusiera a llover.
Con todo, el retraso acumulado en la Campana apenas excedió de 30 minutos al final de la jornada y la cofradía decana, que aspira a recortar su horario de recogida, logró que la Virgen de las Aguas entrara en la capilla del Museo antes de las 3.15 horas, momento fijado en el cabildo de Toma de Horas.
López Alba, que reconoce que ha tenido suerte en su estreno en estos menesteres ayer le tocaba estar en los palcos y se tuvo que quedar en casa, tilda la experiencia de bonita y grata a la par que de muy dura pero pudo disfrutar del día aunque sin relajarse hasta el final.
