El barco pirata antiparking. / Foto: J. M. Paisano (Atese)
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La plataforma que reúne a las 25 entidades que se oponen al aparcamiento subterráneo bajo la Alameda de Hércules celebró ayer una fiesta pirata como protesta por el proyecto de modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 2007 que permitiría la obra. Así que desde las once de la mañana y hasta las diez de la noche se sucedieron juegos para niños y actuaciones musicales. Los convocantes calcularon la asistencia en "miles" de personas y aprovecharon para recoger firmas.
Decenas de chiquillos vestidos con pañuelos en la cabeza, con parches pintados en los ojos y espadas hechas con globos alargados participaron en estas actividades (desde el baloncesto al hipermoderno flashmob, e incluso una batalla naval) junto con sus padres y otros adultos. Un barco pirata hecho de madera y cartón remontaba el cauce seco de la Alameda (por el que sí subieron piratas de verdad hace muchos siglos). Una pancarta "Métete el parking por los zoidos" imitaba el lenguaje infantil, pero se dirigía ya a los mayores.
Si para los niños todo este guirigay no suponía sino una especie de sucursal de Isla Mágica, para los mayores se hacía evidente la ironía de convocar una fiesta pirata para parar lo quqe consideran intereses espurios y defendidos por tiburones del urbanismo: "No es la primera vez que luchamos para impedir un parking en la Alameda. Es lo penoso de esta ciudad, que las luchas siempre son las mismas", explicaba en mitad del flashmob y después de habérselo pasado pipa en el ataque pirata Manuel Pombero. El parking no aportará nada a la Alameda, que es el parque más antiguo de Europa, del siglo XVI, y tiene un gran valor patrimonial. Un amigo, Luis Beltrán, también lo tiene contundentemente claro: "Es que el centro ya está muy lleno, uno no se puede mover". Ambos sostienen que el centro peatonal traerá más vidilla a los comercios, como pasó en las calles Tetuán y Sierpes. Entre los argumentos de la plataforma: que la calle Calatrava "no se convierta en otra [saturada] calle Baños".
Protesta en la Alameda. Foto: La mirada revoltosa.
El portavoz de los vecinos, Kiko Sánchez, desgrana los argumentos para oponerse al proyectado aparcamiento: "no es necesario, es un derroche, hay sitios mejores que la Alameda, no estaba en el programa del PP y destruiría 400 empleos en bares y locales por los cuatro años de complicadas obras que conllevaría la obra". Denuncia medio siglo (desde 1962, pero también en 1975 y 1998) de tentativas de excavar un estacionamiento en la zona, y se queja de que el Ayuntamiento no les ha recibido en año y medio. "Ésta es nuestra última protesta en la calle. Ahora pasaremos a presentar alegaciones a la modificación del PGOU", apostilló Sánchez.
Torrijos y Maíllo firman contra el aparcamiento.
La protesta atrajo a los políticos de la oposición. El concejal de IU Antonio Rodrigo Torrijos estuvo largo rato con los convocantes (y les manifestó además su apoyo en Twitter). Y fue ganadro rodaje el líder in péctore de IU, Antonio Maíllo. También el portavoz municipal socialista, Juan Espadas, se dejó caer por la fiesta de los piratas.
Desde el Ayuntamiento, sin embargo, recordaron que tanto el alcalde como el concejal de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, han expresado los argumentos favorables a construir un aparcamiento público en la zona de la Alameda. "Se entiende que es una medida positiva puesto que no cambia el uso de la superficie de la Alameda y facilita que puedan estacionar tanto los vecinos como quienes acudan a comprar o por motivos de ocio, ya que es una zona sin estacionamientos".
La ubicación exacta del parking, todavía no está definida, "por lo que resulta aventurado manifestarse en contra del mismo, cuando lo que sí está garantizado es que el uso de la plaza no va a variar", expresó ayer un portavoz para la prensa del Ayuntamiento.
El Gobierno municipal entiende que el PGOU no es inamovible, "sino que debe adaptarse a las circunstancias económicas y sociales, que son muy diferentes a las de 2007, cuando se aprobó", indicaron las mismas fuentes. "Además, estaba contemplado que la zona contara con Metro e incluso tranvía, algo que ha quedado aparcado por las circunstancias, por lo que esta carencia de transporte público puede suplirse con el privado", añadieron,
Un aparcamiento público en la zona "puede favorecer la reactivación económica, dinamizando el centro de la ciudad al mejorar la movilidad. Y, en cualquier caso, la demanda de aparcamiento por parte de los residentes existe igualmente", concluyeron.
Recientemente, la Comisión provincial de Patrimonio Histórico, dependiente de la Consejería de Cultura y Deporte, ha informado desfavorablemente sobre la modificación del planeamiento urbano promovida por el Ayuntamiento para autorizar nuevos aparcamientos subterráneos de rotación en el casco histórico.
