Economía

España debe estar dispuesta a hacer más ajustes fiscales, según el FMI

Los mercados tienen "tolerancia cero" ante ese tipo de incumplimientos, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI).

el 07 oct 2010 / 06:49 h.

España tiene que estar lista para dar un nuevo giro de tuerca al plan de ajuste fiscal si sus previsiones de crecimiento no se cumplen y mantener así las promesas de reducción del déficit, dijo el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El Fondo pronosticó el miércoles que la economía española se contraerá un 0,3 por ciento este año y crecerá tan sólo un 0,7 por ciento en 2011, casi la mitad del 1,3 por ciento adelantado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

De ser así, el Ejecutivo necesitará implementar "con la mayor premura posible" medidas de corrección para alcanzar el déficit del 6 por ciento del producto interior bruto (PIB) para el 2011 previsto en los Presupuestos Generales del Estado presentados la semana pasada, afirmó el FMI.

Los nuevos presupuestos contemplan también un déficit del 3 por ciento para el 2013 para lo que resulta imprescindible que se cumpla la meta intermedia del 6 por ciento.

El responsable del departamento de Asuntos Monetarios y Mercados del FMI José Viñals destacó a la prensa española durante la asamblea anual de la entidad que una vez hechas esas promesas lo "fundamental" es cumplirlas.

Viñals, ex subgobernador del Banco de España, mencionó que "la cifra" es crucial porque los mercados se han centrado ya en eso "y es muy importante que no vean que sus expectativas defraudadas.

Mencionó que la tolerancia actual de los mercados con los incumplimientos en las políticas de déficit público y mejoras de la competitividad de la economía es simplemente "cero".

Aventuró que los castigos a esas economías serían muy serios lo que a su vez repercutiría negativamente sobre las familias y las empresas e incrementaría aún más el desempleo.

"La tolerancia hoy ya no es la que era hace un año o hace dos", dijo.

Las declaraciones de Viñals se sitúan en línea con las hechas el pasado martes por el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien sugirió al Ejecutivo que diseñe un plan de contingencia, al que se ha bautizado como "Plan B", para corregir posibles desviaciones del Presupuesto.

Fernández Ordóñez considera que si la recuperación significativa que adelanta el Gobierno no se cumple eso podría afectar los ingresos proyectados por la vicepresidenta Elena Salgado.

De ser así, dijo el gobernador del Banco de España, "deberían ponerse inmediatamente en práctica medidas compensadoras", algo que según el Gobierno no será necesario porque se trata de unas previsiones "realistas y equilibradas".

Pero Viñals, al igual que Fernández Ordóñez, recomienda al Gobierno que se mantenga vigilante.

Apuntó, en ese sentido, que "le puede usted llamar plan B o le puede llamar de otra manera", lo importante, dijo, "es que si uno se compromete a que la cifra llegue al 6 por ciento y las perspectivas económicas no son las que yo pensaba (...) me comprometa a actuar de forma complementaria con las medidas correctoras necesarias".

Más allá de eso Viñals calificó la reforma laboral aprobada por el Gobierno como "un paso adelante" y mencionó que hay otros asuntos a los que hincar el diente como la reforma del sistema de pensiones.

Explicó que se trata de "una prioridad" en el futuro y añadió que "las cuestiones que tienen que ver con la edad de jubilación y las contribuciones" son fundamentales para garantizar la viabilidad del sistema de pensiones.

Evitó, por lo demás, pronosticar cuando la economía española volverá a crecer a tasas lo suficientemente altas como para generar empleo y se limitó a decir que llevará "un tiempo".

Afirmó, eso sí, que la austeridad en marcha era necesaria y que el no haberlo hecho habría creado una situación "verdaderamente muy complicada".

Señaló, para finalizar, que pese a la indignación popular con la banca por haber desatado una crisis devastadora no todos los bancos están en el mismo saco.

"Hay bancos que nos han metido en esta crisis y bancos que no nos han metido en esta crisis y que están pagando las consecuencias", afirmó.

Se refirió a una "cierta banca muy agresiva" -en una aparente alusión a las entidades estadounidenses- que "creó problemas muy importantes" para otras entidades que han sido conservadoras "como la banca española".

"Y creo que el enfado popular y político en algunos casos con los bancos se refiere más a cierto tipo de entidades que por sus prácticas agresivas, superarriesgadas y de endeudameiento masivo nos han introducido en esta crisis pero eso está fuera del perímetro nacional", destacó. 

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