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España recorre Europa para seguir engrasando la máquina

La oferta de un fútbol menor pero con dinero para alimentar la ilusión del crecimiento futuro hizo completar a la selección española un viaje de 4.467 kilómetros, la distancia exacta que separa Madrid de Bakú, la capital de Azerbaiyán.

el 16 sep 2009 / 03:56 h.

La oferta de un fútbol menor pero con dinero para alimentar la ilusión del crecimiento futuro hizo completar a la selección española un viaje de 4.467 kilómetros, la distancia exacta que separa Madrid de Bakú, la capital de Azerbaiyán.

El caché de España tras su triunfo en la Eurocopa se ha disparado. El único amistoso que disputará antes de afrontar un nuevo reto, la Copa Confederaciones, no dejará muchas conclusiones deportivas al seleccionador, pero sí una buena cantidad de euros a la Real Federación Española de Fútbol. En concreto, un millón de euros.

Los 23 elegidos por Vicente del Bosque pasaron el día de ayer entre aeropuertos, retrasos y un largo vuelo entre Madrid y Bakú de cinco horas y media de duración. Tras desayunar en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas se desplazaron en el autobús oficial al aeropuerto de Barajas para volar en un Airbus 340/300.

Problemas con el equipaje provocaron un retraso de una hora y quince minutos en la salida. La disposición de un avión de grandes dimensiones, pero vacío por la ausencia de familiares de jugadores y la presencia de tan sólo veinte periodistas, provocó que cuerpo técnico y jugadores ocupasen la parte delantera, miembros de la Federación la zona media y los periodistas la trasera.

Si en la Eurocopa el avión en el que voló España era llamado Milagros, otro nombre femenino se repitió en el que desplazó a la roja a Azerbaiyán y con el que también volará a Suráfrica, bautizado como María Bárbara de Braganza.

Encabezó la expedición Ángel María Villar, presidente de la FEF y que llegó rodeado de sus habituales colaboradores. Cerca de los jugadores estuvo el director deportivo Fernando Hierro, que estará en Azerbaiyán antes de viajar a Suecia para estar con la sub 21' en el Europeo.

Confía en que llegue lejos para sumarse a la concentración en Suráfrica. Si llegase a la final del Europeo, se reencontraría con los internacionales de Del Bosque en la previa de la semifinal de la Copa Confederaciones.

Tras el largo vuelo, la selección española aterrizó en la conocida como ciudad golpeada por el viento, a las 18.00, con 20 grados centígrados y un alto índice de humedad. Un centenar de aficionados locales acudieron al aeropuerto a aplaudir la llegada de la campeona de Europa.

Con rapidez se solucionó el problema con el que viajaba el último en sumarse a la expedición, Pablo Hernández, que tras ocupar el hueco dejado por Iniesta tenía el pasaporte en regla pero no el visado necesario para entrar en Azerbaiyán.

La selección española ya descansa en un país situado en el Cáucaso, al borde del mar Caspio, que limita con Rusia por el norte, Georgia y Armenia por el oeste e Irán por el sur. Del Bosque no oculta la idea que maneja. Mañana medita cambiar el sistema: apostar por un esquema en rombo en su clásico 4-4-2.

La mañana la dedicarán los vigentes campeones de Europa a una sesión de estiramientos cerca del hotel, a ver un vídeo de la selección de Azerbaiyán y atender a los medios de comunicación. La roja ha comenzado a caminar sobre la senda que conduce a Suráfrica y ya, alejada de España, cuenta los días para su estreno.

El debut llegará el domingo 14 de junio, cuando la actual defensora de la Eurocopa medirá su estado de gracia ante la débil Nueva Zelanda. Tres días más tarde se enfrentará a la imprevisible y totalmente desconocida Irak, y cerrará su participación en la fase previa el día 20 ante la anfitriona, Suráfrica. Para los días 24 y 25 del mismo mes se han fijado las semifinales y para el día 28, domingo, la final de consolación y la final. La selección de Brasil defenderá el título que ya ganó en la edición de 2005 en Alemania, donde se impuso en la última criba a su eterno rival, Argentina.

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