Economía

España se esfuerza en evitar el contagio de Irlanda

Bruselas y el Gobierno español lanzan un mensaje de tranquilidad a los mercados

el 22 nov 2010 / 12:37 h.

El primer ministro irlandés, Brian Cowen, comparece ayer ante los medios.

El Gobierno español, respaldado por la Unión Europea (UE), defendió ayer que la situación de España no es comparable a la de Irlanda y que el rescate solicitado por Dublín terminará por devolver la calma a los mercados.

A pesar de la avalancha de declaraciones coincidentes, la evolución de la bolsa y del coste de la deuda mostró que los mercados desconfían de la capacidad del Ejecutivo para acometer los recortes necesarios y no descartan el contagio de la crisis, aunque apuntan con mayor énfasis sobre Portugal.

El selectivo español Íbex 35 cerró con una caída del 2,7%, la mayor en tres meses, arrastrado por la banca, mientras que la prima de riesgo entre los bonos españoles y los alemanes, considerados los más seguros, llegó a rozar los 212 puntos básicos, aunque posteriormente se relajó.

Varios miembros del Gobierno, con el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, a la cabeza, se esforzaron en insistir en que España e Irlanda no son comparables y en que la petición de ayuda de Dublín tendrá un efecto balsámico en los mercados.

Zapatero explicó a la Comisión Ejecutiva del PSOE que, a diferencia de Irlanda, España cuenta con un sistema financiero resistente y con un déficit público “se puede reconducir perfectamente”, según explicó el secretario de Organización, Marcelino Iglesias.

En ese sentido, la titular de Economía, Elena Salgado, descartó que España vaya a necesitar un plan de rescate porque está cumpliendo su plan de ajuste “al pie de la letra” y su sistema financiero es mucho más sólido que el irlandés.

También marcó distancias el responsable de Industria, Miguel Sebastián, que recalcó que el rescate europeo es una “noticia positiva” que ayudará a la estabilidad del euro. Opinión que compartió con el director de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, Javier Vallés. Ambos intervinieron en el Spain Investors Day, foro que reúne a una treintena de grandes empresas españolas con más de 200 inversores internacionales.

El PP se sumó al mensaje de calma, pero no perdió ocasión de criticar al Gobierno. Su secretaria general, María Dolores de Cospedal, dijo que el rescate no tiene por qué afectar a la economía española, pero sí lo hace la falta de credibilidad del Ejecutivo.

Las declaraciones sobre la solvencia del sistema financiero español recibieron además el espaldarazo de la Comisión Europea (CE). El portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios, Amadeu Altafaj, calificó de “grave error” comparar la crisis bancaria de Irlanda con la situación de otros países como España, cuyo sector financiero, aseguró, goza de “solidez y resistencia”. Y abundó en que no ve necesario que España adopte más medidas de ajuste para frenar el contagio de la crisis de deuda irlandesa.

El mensaje en Bruselas, donde se reunía el Consejo de Ministros de la UE, fue unánime: el rescate financiero calmará a los mercados y evitará nuevos contagios.
En este contexto, el Tesoro Público, que espera colocar hoy entre 3.000 y 4.000 millones en letras a tres y seis meses, pasará una nueva prueba de fuego. Se trata de la cuarta y última subasta del Tesoro en noviembre, después de que en la anterior, celebrada el pasado día 18, el coste de las emisiones (obligaciones a diez y treinta años) volviera a subir.

Pero la atención sobre un posible contagio se centra en Portugal. El primer ministro luso, José Sócrates, salió en defensa de su economía y pronosticó que superará la crisis sin ayuda y que el rescate de Irlanda frenará la especulación financiera “sin sentido” que padece.

Cierre de filas entre los países. El riesgo será más pequeño en función de la rapidez con la que se ponga a disposición de Irlanda la ayuda necesaria, indicó el portavoz del Gobierno alemán Steffen Seibert. Suecia, por su parte, ofreció un préstamo de entre 500 y 1.000 millones.

Francia, que ha expresado sus críticas a Irlanda por su baja fiscalidad para las empresas pese a su situación, afirmó que será “plenamente solidaria” con el plan de salvamento de Dublín.

Pero no le saldrá gratis. Bruselas ya advirtió a Irlanda de que “dejará de ser un país con impuestos bajos”. Tendrá como subirlos dentro del plan de austeridad para beneficiarse del rescate multimillonario.

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