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"España será un país de servicios si recorta en investigación"

David Pérez-Caballero. Científico alcalareño en Nueva York.

el 10 mar 2013 / 20:10 h.

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Durante ocho años ha sido científico del Centro de Investigación del SIDA Aaron Diamond de la Universidad Rockefeller de Nueva York. Su trabajo sobre el mecanismo de acción de una proteína que bloquea la infección del VIH se ha publicado en la más importante revista científica del mundo. Hoy es investigador principal de enfermedades infecciosas para Regeneron Pharmaceuticals en EEUU. Advierte de que recortar en investigación y educación condenará a España a ser "un país de servicios, y no un país innovador".

-Alcalá, Sevilla, Madrid, Nueva York. Hoy el talento se marcha de España por necesidad, ¿también fue su caso?
-La ciencia funciona en inglés. Al principio pensé ir a Australia, pero quedaba muy lejos; luego Gran Bretaña, pero seguía siendo Europa, y probé en Nueva York. Mandé dos emails con mi trabajo y después de una conversación telefónica me invitaron a una entrevista personal. Viaje y estancia pagados y dos ofertas de las universidades de Columbia y Rockefeller. Esta última fue más concreta y a la larga más exigente.

-Trabaja ahora para Regeneron Pharmaceuticals, cuyo lema es "hacer la vida mejor, luchando sin descanso para desarrollar nuevos medicamentos para los pacientes" ¿Lo están consiguiendo?
-Creo que sí. Mi empresa tiene ahora en el mercado tres medicamentos. El más importante es uno que se inyecta en el ojo para tratar la degeneración macular (el centro de la retina) sobre todo en gente mayor. En personas de avanzada edad se puede producir un crecimiento de los vasos sanguíneos, dañándola y provocando la pérdida de visión en el centro del ojo. Regeneron tiene en desarrollo muchos más fármacos y trabaja en múltiples campos como el oftalmológico, inmunología, oncología, infecciosas y tratamiento del dolor, entre otros.

-¿Tiene muchas dificultadas para lograr sus objetivos?
-Al principio del año me siento con mi jefa y le planteo los distintos objetivos para el ejercicio, así como el porcentaje de tiempo para cumplirlos. Discutimos si son adecuados y cerramos el proyecto anual, pero en general yo soy el que decide. En dos años y medio sí me he topado con la dificultad de no poder trabajar con virus peligrosos, porque precisamos de un laboratorio más seguro cuya construcción se está retrasando. Los mayores obstáculos son logísticos.

-¿Un científico de su reputación gana lo que debe?

-Yo me considero bien pagado. Antes estaba en una universidad, y ésta paga poco. En todo el mundo el científico está muy mal pagado, tienes que llegar a un nivel muy alto para alcanzar grandes sueldos. Mi empresa es joven y hasta que no ha empezado a ganar dinero no ha empezado a premiar a su personal. El contraste entre Regeneron y una institución académica no es tan grande porque aquí, lejos de ser un mero eslabón de la cadena, participo en todo el proceso. Soy más padre de los proyectos.

-Sus éxitos en la Rockefeller University con las proteínas bloqueadoras del VIH ¿habrían sido posibles en España?
-En España no hay mucha investigación molecular con el VIH, sí clínica. Pero sí, aquí los podría haber alcanzado. En este país hay muy buenos investigadores, pese a los medios limitados con los que cuentan. En cuanto al sida, su tratamiento experimentó un punto de inflexión con el cóctel antiretroviral, un conjunto de medicamentos que mantienen al virus para que no se duplique, reduciéndose la cantidad de virus en sangre. El virus sigue ahí, y si dejas de administrar el cóctel, se reactiva. Desafortunadamente, el virus ha desarrollado mecanismos para combatir estos frentes de defensa del organismo, por lo tanto la idea es comprender esta interrelación para poder diseñar nuevos fármacos.

-Ahora está desarrollando anticuerpos monoclonales humanos para tratar distintas infecciones víricas. Dígame al menos para cuándo y para cuántas personas.
-Los fármacos actualmente en desarrollo en mi laboratorio afectan a millones de personas. Estos anticuerpos permitirán tratar distintas infecciones víricas y estamos desarrollando estos fármacos gracias a ratones transgénicos producidos en Regeneron. La empresa busca un beneficio económico y nosotros, los científicos, además de ganarnos la vida tenemos la esperanza de repercutir en la calidad de vida de los pacientes.

-¿Cuál es su sueño en el campo de la investigación médica?
-Que la investigación en la que trabajo salga adelante vaya al mercado y beneficie a los pacientes. Ahora estamos en una fase crucial de ensayos clínicos para que una nueva generación de anticuerpos mejore la calidad de vida de muchas personas con patologías infecciosas.

-¿Cómo ve el futuro de la investigación relativa a la lucha contra el cáncer?
-No soy experto en cáncer, pero en este terreno la medicina ha sufrido un cambio radical. Ahora hay fórmulas específicas y más exactas, con tratamientos a la carta que mejoran los resultados. Se ha evolucionado muchísimo gracias a marcadores genéticos, fármacos con menos efectos secundarios y una radioterapia más localizada que antes. Se están produciendo avances impensables hasta hace muy poco con un mayor índice de supervivencia entre los pacientes.

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