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"Este modelo de sociedad es un fracaso para el hombre y para la mujer"

La Cátedra Mujer, cine y literatura de la FEC, que dirige María Caballero, ha celebrado esta semana una conferencia con Ana Rodríguez Rosell, directora de la laureada película ‘Buscando a Eimish'.

el 17 nov 2012 / 20:05 h.

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María Caballero.
María Caballero, catedrática de Literatura Hispanoamericana, dirige la Cátedra Mujer, cine y literatura de la Fundación Estudios de la Comunicación (FEC), un organismo hacia el que esta veterana profesora de la Universidad de Sevilla se deshace en elogios porque, con pocos medios, se ha propuesto poner su grano de arena en la lucha por la igualdad de derechos.

-¿Quién ha maltratado más a la mujer, el cine o la literatura?
-No se puede generalizar. Podría poner nombres de cineastas que maltratan a la mujer y de otros muchos que la miman en sus películas. Lo que el cine y la literatura están evidenciando ahora es que el modelo de ese primer feminismo de ‘vale, sed como nosotros los hombres pero no nos contéis que estáis embarazadas' ha fracasado y además es muy frustrante para la mujer. De lo que se trata ahora es de cambiar las estructuras. Desde los noventa hasta ahora hemos entrado en una segunda fase del feminismo donde mujeres dinámicas y de su tiempo no quieren repetir esquemas tan agresivos. No les compensa. Hay que feminizar la sociedad, y el cine plasma esta nueva realidad muy bien. Llega con mucha más facilidad a los estudiantes.

-¿El cine es para la causa feminista más didáctico que un buen libro?
-Quizás pueda contribuir más porque tiene más impacto. Hay que generar espacios y tiempos nuevos porque este modelo de sociedad, insisto, es un fracaso tanto para el hombre como para la mujer.

-Esa función pedagógica se le confiere más al cine de autor que al comercial. Sin embargo, es el primero el más amenazado por la crisis.
-Un Spilberg o un Cameron seguirán haciendo su cine, pero el independiente también tendrá su hueco y podrá mantenerse. Pero yo diría que incluso al cine más comercial le inquietan los cambios de estructura. Ahí tenemos la película Crueldad intolerable de los hermanos Cohen.

-Usted lleva 30 años en contacto con jóvenes. En este tiempo, el avance en igualdad ha sido incuestionable, aunque ya hay voces que avisan de retrocesos importantes entre los más jóvenes, con mujeres que rescatan roles y comportamientos de sus abuelas. ¿Nota esos cambios en el aula?
-Matizaría el vocablo retroceso. Las mujeres lo que reclaman es espacio. No hablo, por ejemplo, de un embarazo pagado como ocurre en países del norte de Europa, pero sí que le piden a la sociedad que tenga en cuenta su capacidad, deseo o interés en ser madres. Un apoyo real. Nuestras hijas no quieren ser como nosotras. No quieren ser súper woman. No quieren correr detrás de un avión estresadas ni estar en el trabajo cuando sus hijos tienen fiebre. Y esto no es un retroceso. Esta sociedad está muy despedazada. El cine y la literatura están proponiendo una alternativa.

-Tras sus muchas investigaciones, ¿está en condiciones de despejar la equis: hay o no un cine femenino?
-Lo que hay es un cine hecho por (enfatiza) mujeres. El cine de las muchas directoras y guionistas que hay no tiene que ser intimista ni abordar temas familiares. Icíar Bollaín dice que ella no quiere que se midan sus películas por el hecho de que las hace una mujer, sino por si son buenas o malas. Lo contrario es construir nuevos guetos. Lo que sí ha aportado la mujer al cine es otro enfoque, ha ampliado los temas y la mirada.

-¿Las mujeres que han triunfado en el cine han tenido que imitar formas y maneras masculinas de éxito?
-En absoluto. Son ante todo guionistas y directoras que tienen buenas historias que contar.

-¿Y la cineasta árabe, o la de cualquier país del tercer mundo, qué posibilidades tiene de cambiar su mundo a través del séptimo arte?
-A las mujeres que viven en países donde las dilapidan por reclamar su derecho a la educación, imagínese. ¿Pedir una subvención? La realidad de la India la conozco más. Las cineastas terminan saliendo de su país y, con el apoyo de los medios, acaban convirtiéndose en voces autorizadas. Están moviendo los cimientos de sus lugares de origen gracias a los reconocimientos internacionales que reciben.

-Los medios deben reiventarse, la economía debe cambiar... ¿cuál es la tarea pendiente del cine?
-Claro que no hay subvenciones, pero ahí tenemos el caso de Ana Rodríguez Rosell que ha demostrado que se puede hacer cine desde la nada. Lo más importante es tener algo que decir, una buena historia.

-También tendrán que reiventarse las salas de cine para seguir atrayendo a los espectadores.
-Esperemos que la subida del IVA sea algo pasajero, porque es insostenible. Ahora bien, que una película funcione o no en taquilla depende de tantas cosas... Ahí está el caso de Lo imposible. La entrada cuesta más de siete euros y, sin embargo, está batiendo todos los records.

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