ETA conmemoró el 40 aniversario de su primer asesinato con el único lenguaje que entiende: el de las bombas. La banda terrorista hizo estallar la pasada madrugada un artefacto con cinco kilos de explosivo y un temporizador en la planta de la rotativa del diario El Correo, en Zamudio, Vizcaya, sin causar heridos, pese a que no avisó de su colocación.
La explosión se produjo sobre las tres de la madrugada en una de las plantas del edificio donde operan las rotativas del diario, ubicado en el polígono Torre Larragoiti. El Correo precisó que el artefacto había sido colocado "en el muro exterior, en la zona trasera del edificio" y la onda expansiva destruyó "un zócalo de hormigón de más de un metro de grosor que protege la fachada, además de derribar alrededor de 40 metros cuadrados del muro del edificio.
Asimismo, afectó a parte del tejado del inmueble" y provocó la rotura de cristales en otros pabellones industriales, de las empresas Padel y Tubos Larrondo, situadas en las inmediaciones de las instalaciones del diario.
Medio centenar de trabajadores de la rotativa se encontraba allí en el momento de la deflagración y fueron desalojados minutos después de la explosión. Alrededor de las cinco de la madrugada los empleados pudieron regresar a sus puestos de trabajo. En esta ocasión no hubo aviso previo de la colocación del explosivo.
El Departamento de Interior del Gobierno vasco confirmó que la autoría del artefacto corresponde a ETA y precisó que la Ertzaintza mantiene la investigación en la zona. En concreto, la Ertzaintza está analizando los restos del artefacto para determinar la composición de éste.
Editorial de condena . El Correo advirtió a la banda armada en un editorial que "no les silenciarán", ni les "pondrán una mordaza a su voz". Por ello, afirmó que seguirán informando a la ciudadanía y "plantando cara al terror".
En el texto, titulado "No nos silenciarán", y recogido en su edición digital, se señaló que "no es la primera vez" que ETA atenta contra el diario y afirmó que la verdad, "en cualquiera de sus formas", tanto impresa como en imagen o hablada, es el "principal enemigo de una banda que sólo sabe de violencia y de muerte, que ha hecho de la destrucción su único y estéril discurso". "Y hoy sentimos, más que nunca, la obligación de defender el derecho a informar y ser informado", concluye el editorial.
El Correo forma parte del grupo Vocento, cuyos periódicos han sido víctimas anteriormente de otros atentados y ataques de violencia callejera, el más grave de ellos en mayo de 2001, cuando ETA asesinó en San Sebastián al director financiero de El Diario Vasco, Santiago Oleaga. Todas las fuerzas políticas, excepto ANV, condenaron ayer este nuevo atentado de ETA.
La portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, aseguró ayer en San Sebastián que, con el último atentado perpetrado contra el diario El Correo, "ETA ha vuelto a demostrar que ni le importa ni desea conocer cuál es la opinión de la sociedad vasca".
Por su parte, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró que "jamás una bomba va a silenciar a los periodistas". En la misma línea se expresaron las asociaciones de editores y periodistas. El presidente del PP, Mariano Rajoy, reafirmó su compromiso para trabajar por la derrota de ETA. Asimismo, el presidente del PNV, Íñigo Urkullu, solicitó "una vez más a ETA" que declare un alto el fuego definitivo.
