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Expulsión y derrota

Puede influir en el desarrollo y resultado de un partido la expulsión de un futbolista? Sí. La expulsión de Luis Fabiano, con 0-2 en el marcador y con el Sevilla siendo dueño y señor del partido...

el 15 sep 2009 / 17:47 h.

Puede influir en el desarrollo y resultado de un partido la expulsión de un futbolista? Sí. La expulsión de Luis Fabiano, con 0-2 en el marcador y con el Sevilla siendo dueño y señor del partido, tuvo tal peso específico que me atrevería a afirmar que la derrota fue producto de la expulsión del brasileño. El Sevilla perdió su referencia atacante, fue incapaz de encontrar la fórmula para ser algo parecido a lo que fue y terminó totalmente desconcertado y perdiendo un partido que en condiciones normales debió ser claro a su favor.

Un buen arranque. Muy pronto se fue el Sevilla en el marcador. Primero con un gol de Renato en jugada de Jesús Navas y después en una preciosa jugada, con muchos toques sevillistas, que culminó el palaciego con un gran derechazo de media volea. Ganaba con claridad el conjunto de Manolo Jiménez, era dueño y señor del juego y tenía al Valladolid a su merced, pero todo se torció en una sola jugada: Luis Fabiano se marcha solo, dribla al portero, se le va larga la pelota y se tira, y el colegiado, que ya le había mostrado una primera y absurda tarjeta al sacarse de centro en el segundo gol, le muestra la segunda, que es la roja, y ahí se termina el partido.

Y un nefasto final. Aparece entonces el Valladolid, que marca un gol providencial en cabezazo de Sesma cuando estaba a punto de llegar el descanso. En la segunda parte, un timorato Sevilla se encuentra con un afortunado Valladolid, con el empate que hace el uruguayo Canobbio, que minutos después, al lanzar un golpe franco directo, coloca el esférico en las redes sevillistas de forma irremediable. Y a partir de ahí, un quiero y no puedo y un equipo que no encuentra el rumbo atacante y ve cómo se le marcha de forma increíble un partido que tuvo siempre ganado.

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