Esquivias, uno de los principales protagonistas del 23-F en Sevilla, falleció ayer en su domicilio y hoy será enterrado en el cementerio de San Fernando, después de una misa que se oficiará en la capilla del tanatorio de la SE-30, a las 11 horas. Casado con Alegría Fedriani Ysern, deja cinco hijos -Alegría, Manuel, Antonio, Rosario y Luis-, 11 nietos y 4 bisnietos a los que en breve iba a sumarse uno más.
El 23-F fue el momento más conocido de su carrera militar por su relevancia histórica, a pesar de que su ascenso no se detendría en este puesto. Fue ascendido a capitán general de la región militar entre 1983 y 1984, fue capitán general de Galicia, presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar y coronel jefe del Regimiento de Artillería de Campaña 14.
Esquivias había contado hace años sus memorias en un libro, en forma de cartas dirigidas a sus nietos, en el que dedicaba un capítulo a la histórica jornada del 23-F. Pero aunque hubo varios intentos de que sus escritos vieran la luz, hasta este momento no han sido publicados.
Estaba muy vinculado a la hermandad del Gran Poder, de la que su padre fue hermano mayor, cargo que en la actualidad ostenta su sobrino Enrique Esquivias. Nacido en el barrio de San Lorenzo, conservaba la costumbre de visitar la basílica cada viernes.
Mantenía también una estrecha relación con la hermandad de San Bernardo al haber pertenecido al grupo de artilleros del Ejército, por lo que le regaló a la Virgen del Refugio su fajín de capitán general, que la dolorosa luce en sus salidas.
Esquivias fue nombrado Hijo Predilecto de Sevilla en 1984, por unanimidad de todos los grupos políticos del Ayuntamiento de Sevilla, y era también Hijo Adoptivo del municipio de Umbrete.
En los últimos años, su rutina diaria consistía en acercarse paseando al Círculo de Labradores, donde participaba en las tertulias de un grupo de amigos, y en disfrutar de su familia, que está a punto de aumentar con el que hubiera sido su quinto bisnieto.
