El club de balonmano Seguros Santa Lucía de Utrera está aún consternado tras la muerte, el pasado viernes, de uno de sus jugadores cadetes, José Manuel López Campanario, Campa, rezaba su camiseta. Con 14 años –cumplía 15 el próximo 9 de diciembre–, como cada viernes acudió a entrenar al pabellón utrerano. Llegó antes de la hora, como siempre, y mientras esperaba en las gradas junto a algunos compañeros a que llegara el entrenador para comenzar, se desmayó y pese a los intentos del equipo de urgencias primero y de los médicos del Hospital de Alta Resolución de Utrera después, ya no volvió a despertar. La autopsia, realizada ayer, atribuye la causa del fallecimiento a una muerte súbita, ya que el joven no presentaba patología alguna y en el momento del fallecimiento no estaba realizando ningún ejercicio físico. Sus compañeros y el presidente del club aún no dan crédito.
Campa llegó al equipo hace cuatro años, primero como infantil y desde el año pasado como cadete, donde lo mismo jugaba de extremo que de lateral, porque lo usaban “de comodín”. “Todos son iguales pero siempre hay alguno... y él, por su forma de ser, por el carácter que tenía... era de los pocos que tiraba del equipo. Era muy querido en el club”, cuenta con voz entrecortada su presidente, Luis Muñoz Aguilera, horas después de asistir, junto a gran parte de los jugadores de las distintas categorías y también del equipo femenino, al funeral celebrado por la tarde en el tanatorio de San Jerónimo de Sevilla –el cuerpo fue incinerado posteriormente en La Algaba–. “El padre me decía que conmigo estaba loco”, cuenta sin poder reprimir las lágrimas. La familia vive en Utrera y el pequeño tenía dos hermanos mellizos, menores que José Manuel.
El presidente del equipo describe al joven como “muy sociable con todo el mundo”, estaba “muy integrado”. “Se metían con él porque era muy delgado y él pasaba, nunca se lo tomaba mal, siempre estaba de broma, te buscaba...”, explica.
Muñoz Aguilera sabe que a los responsables del equipo les queda una ardua tarea por delante con los chavales, ya que varios de los amigos y compañeros de Campa lo vieron morir de forma tan inexplicable. “Mañana [por hoy] uno de los senior que más experiencia tiene se va a reunir con ellos para hablar. El martes, cuando toca entrenamiento –el equipo de José Manuel entrenaba martes, jueves y viernes por la tarde–, no sabemos lo que nos vamos a encontrar”, reconoce el presidente. Y es que en el momento del suceso, el pequeño se encontraba junto a unos pocos compañeros en el pabellón esperando para comenzar el entrenamiento. “Estaban tres o cuatro, aún no era la hora y no había llegado el entrenador. Le vieron vomitar y desmayarse. Avisaron al conserje, y ya llegó la ambulancia pero nada. Imagínate cómo están. Se llevaban todo el día juntos, alguno se agarraba a su mochila...”, relata el presidente del club, que llegó al poco y no puede olvidar los duros momentos vividos. La ambulancia lo trasladó al Hospital Chare de Utrera donde, según Muñoz Aguilera, “al parecer intentaron reanimarle durante dos horas”.
El club utrerano tiene pensado rendir un homenaje al joven pero “ni lo hemos pensado porque es tan reciente que aún no nos lo creemos”. El partido de ayer del equipo senior se suspendió. Tanto la Federación Andaluza de Balonmano como la Delegación Territorial en Sevilla expresaron sus condolencias a la familia y declararon la jornada inicial de la competición de luto, por lo que se guardó un minuto de silencio al inicio de cada partido en memoria de Campa.
Desde el Ayuntamiento de Utrera, el alcalde Francisco Jiménez también expresó su consternación e “impacto” por la muerte del joven, tras haber conocido la noticia encontrándose fuera de la localidad utrerana.
