El escritor venezolano Adriano González León murió el sábado en Caracas a causa de un infarto. Nacido en la ciudad de Valera, en 1931, León trabajó como diplomático en Buenos Aires, París y Madrid. En 1968 logró el Premio Biblioteca Breve por su libro País portátil. León, además, era profesor de Literatura en la Universidad Central de Venezuela. Comprometido con la política, luchó en los años 1950 contra de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y apoyó los ideales revolucionarios en los años 1960 como editor de la revista Sardio.
Fue un autor prolífico. Entre sus tabajos destacan los cuentos, Las hogueras más altas (1959), Asfalto-Infierno (1963), Hombre que daba sed (1967); y las novelas País portátil (1968) y Viejo (1995). En 1997 publicó su primer libro de poemas, Hueso de mis huesos. Ha recogido en forma de miscelánea sus crónicas de viaje y observaciones sobre la vida cotidiana. También colaboró en revistas como Letra roja y El techo de la ballena, además fundó un magazine propio.
Según relata el diario de Caracas El Universal: "Quienes tuvieron el privilegio de acercarse a su inmensa humanidad conocieron su vasta sensibilidad, su capacidad para conmoverse con las pequeñas cosas, como si las viera por primera vez, como el niño del campo que nunca quiso dejar de ser".
