- Estamos viviendo un verano dramático en incendios forestales, mucho peor que el año pasado ¿Tiene alguna explicación?
-El año pasado hubo menos incendios porque fue un verano benigno. El problema es que el número de conatos de fuegos se mantiene intacto y es lo que deriva en grandes incendios, que dependen fundamentalmente del estado de la zona y de las condiciones meteorológicas.
-¿Esto significa que hace falta más prevención?
-Sin duda, no se actúa sobre los conatos que son de origen humano y que son los que provocan cerca del 96% de los incendios forestales. Muchos de los fuegos que se producen en España son causados por negligencias humanas, como puede ser la quema de pasto o de rastrojos. Hay que reconocer que a partir del incendio de Guadalajara de 2005 se adoptaron medidas y se aprobó una normativa nueva, pero desde el año pasado el control se ha relajado, y cuando las condiciones meteorológicas son adversas y no se han realizado labores de prevención sucede lo que estamos padeciendo ahora, que se desborda cualquier dispositivo de extinción de incendios.
-¿Entonces en los últimos años se ha avanzado poco?
-Algo sí se ha mejorado, pero hay que adoptar más medidas preventivas. Se tiene que gestionar bien el monte, realizando un aprovechamiento sostenible con ganado, desbrozando y no arrasando, haciendo claras y realizando labores de selvicultura, entre otras cuestiones. Además hay que adoptar más medidas restrictivas y punitivas.
-¿Cree que se persigue poco a los culpables de provocar incendios?
-Hay una sensación de impunidad. Se producen pocas detenciones y hay pocos condenados, además este tipo de delitos no tienen rechazo social. Creo que no se investiga lo suficiente y prueba de ello es que el 3% de los incendios son por causas desconocidas. De todos modos, entiendo que la Fiscalía de Medio Ambiente está haciendo un buen trabajo, aunque se puede mejorar.
-¿Existen suficientes medios materiales para la extinción de incendios en España?
-Por su puesto. No hacen falta más medios, creo que hasta son excesivos. De hecho, en el incendio de Tarragona no pudieron actuar más aviones por falta de espacio aéreo. Hay que invertir más en prevención, pero cuando llega el otoño no vende hacerse una foto realizando labores preventivas y sí junto a un helicóptero.
-¿Qué me dice de la profesionalidad de las personas que trabajan en la extinción?
-Hay críticas en algunas autonomías como Andalucía, pero en general son profesionales. Creo, sin embargo, que deberían escuchar más a la gente del lugar donde van a sofocar los incendios, porque estas personas son las que conocen la zona.
-¿En todas las comunidades autónomas se trabaja del mismo modo?
-No, cada una tiene su normativa. En Andalucía, por ejemplo, se obliga al propietario de un terreno que ha ardido a abonar las tasas de extinción si es que el fuego se ha debido a una mala prevención, mientras que en Valencia se establecen unos niveles de emergencia, según la previsión meteorológica.
-¿Cuánto tarda en regenerarse un terreno que ha sido pasto de las llamas?
-Depende, pero puede rondar entre los 50 y los 100 años en recuperar las condiciones que tenía la masa quemada. Además es primordial la regeneración natural antes que la reforestación, porque se suele hacer en épocas no adecuadas y con personal no cualificado.
-¿Qué mensaje lanzaría para evitar estos siniestros?
-Es fundamental la colaboración ciudadana para no producir chispas y la coordinación de las administraciones que tienen que hacer un mayor esfuerzo en la prevención y en la persecución de los causantes de los fuegos.
