Cuando se compra un producto lácteo, uno se fija en la fecha de caducidad. No sucede igual si la compra es de un enlatado, pues esa fecha siempre es más lejana. Pues bien, el Real Betis, aunque los que mandan quieren prudencia, y no les falta la razón, la fecha de caducidad de su estancia en Segunda está muy cercana. 9 puntos de ventaja quedando 21 en disputa parecen suficientes, no sólo por su valor intrínseco, sino por la falta de capacidad del perseguidor, el Celta, que falla una jornada tras otra y ha tirado la toalla.
Autoridad. La victoria contundente (0-3) en Barcelona ante el filial culé es una buena muestra de las razones que pregona el Betis en esta recta final del Campeonato, al que el equipo de Pepe Mel llega lanzado como un cohete en busca del ascenso. Seguridad en el manejo del juego y contundencia en la pegada final son sus muestras. El ascenso, aunque numéricamente no es un hecho, sí es una realidad visto el juego y la diferencia del Betis con sus perseguidores. n Bipolar. El Sevilla, en su juego y su comportamiento, tiene extrañas caras. Es capaz de enseñarlas en el transcurso de un partido. Magnífico su comienzo y espectacular su resultado en ese período.
Dos goles de Rakitic y Negredo parecían decidir el partido. A partir de aquí, con todo a su favor, el cambio fue radical. Es más, diría que las intervenciones providenciales de Javi Varas salvaron el partido. Acortó distancias Marchena. Luego salió Romaric, cambio que enfadó a la grada. Y lo que es el fútbol. La primera pelota que tocó la llevó a las mallas. Rossi, con un golazo, puso intranquilidad y Varas salvó sendos trallazos de Wakaso y Cazorla, lo mismo que hizo el poste ante un tiro de Rossi. Todo esto dio el partido de las poliédricas caras del Sevilla. La fecha de caducidad de su temporada aún no está colocada.
Crítico. El presidente del Sevilla calificó de impresentable el envío de balones desde la grada para parar el juego en los minutos finales. Lamentable espectáculo al que ha de ponerse coto en el fútbol español. Depurar responsabilidades debe ser fácil, si se quiere, porque en el club deben saber quién es el responsable. Mucho me temo y lo digo por experiencia que todo quedará en una anécdota, porque en el fútbol profesional ganar sea como sea es el fin primordial. Este espectáculo de los balones hay que erradicarlo para siempre. El de anoche en el campo del Sevilla, lamentable.
