Cultura

Fernando Savater: "La filosofía es el polo opuesto de la autoayuda"

El pensador vasco presenta en Sevilla una Historia de la Filosofía, su último libro, especialmente destinado para público juvenil.

el 05 nov 2009 / 21:15 h.

Fernando Savater se encontraba de promoción ayer en Sevilla con este libro.

Asegura Fernando Savater (San Sebastián, 1947) que se las "arregla" muy bien con los jóvenes de instituto, de entre 13 y 15 años, "quizás porque me quedé en esa etapa", bromea el filósofo.

Esta conexión con los adolescentes, así como su amplísimo bagaje en el mundo del pensamiento occidental, le convierten en el autor más adecuado para escribir un libro de aproximación a un terreno inhóspito para las nuevas generaciones como es el de la Filosofía.

Se puso a ello y el resultado es Historia de la Filosofía sin temor ni temblor (Espasa), un juego de palabras, "una pequeña broma", matiza el autor, en relación a la obra Temor y temblor del filósofo danés Soren Kierkegaard, con la que pretende ganar adeptos a la causa del pensamiento filosófico.

Con un tono de humor, e incluyendo algunas anécdotas de los filósofos citados -como que la repetida estampa de Newton y la manzana para explicar la ley de la gravedad es, en realidad, un invento de Voltaire; o que Descartes impartía clases a la reina de Suecia a las cinco de la mañana y, debido a los madrugones en ese país helado, pilló una pulmonía que le causó la muerte-, el ensayista recorre la historia de la filosofía desde sus comienzos hasta la mitad del siglo pasado, finalizando en la figura de la pensadora malagueña María Zambrano.

Para ello, cuenta con la "ayuda" de una pareja de niños de unos 12 o 13 años que, al terminar cada capítulo, "charlan entre sí, a veces sobre lo que acaban de leer, a veces sobre cosas que les ocurren" y asegura que son un poco "como el recreo después de la lección y acercan el texto al lector".

"He intentado que las personas se aproximen a la Filosofía. Esto es un punto de partida, no un punto de llegada", explicó ayer a un grupo de periodistas el comprometido filósofo, ya que su objetivo es que "se den cuenta de que es un método y un sistema que viene ya desde hace ya muchos siglos tratando las cuestiones fundamentales de los seres humanos".

Para ello, Savater ha tenido que trasladar a un lenguaje sencillo cuestiones realmente complejas, desde los comienzos "más inocentes y espontáneos" de los griegos (Sócrates, Platón, Aristóteles), más fáciles de asimilar, hasta las teorías más farragosas de pensadores como pudieran ser Kant o Kierkegard.

"Es cierto que el libro se lee sin esfuerzo, lo que no significa que no haya costado escribirlo", reconocía ayer Savater, que citó como su filósofo de cabecera al holandés del XVII Baruch de Spinoza, "por el que siento un mayor amor intelectual".

Organizada por orden cronológico, esta historia cuenta con diez capítulos que se inician con los presocráticos y se detienen a mitad del siglo pasado.

"No me he atrevido con los vivos, para no tocar vanidades personales; sólo aparecen muertos en este libro", bromeaba ayer su autor, que hace gala de su sentido del humor característico a lo largo de todo el volumen - "los temas más serios no están reñidos con la sonrisa", asegura-.

Valga este ejemplo: "...en cierta época de su vida, Auguste Comte pasó una temporada en el manicomio, pero viendo algunas de sus propuestas sociales podría pensarse que salió demasiado pronto".

Aún así, Savater se puso serio para observar que la Filosofía "no ofrece soluciones". Simplmente, "nos hace vivir más conscientes de lo que somos y del mundo en el que estamos instalados. Se trata del propósito de vivir a posta".

Es más, la Filosofía nunca va a resolver un problema práctico, no zanja interrogantes, sino que nos ayuda a convivir con ellos, de tal modo que esta publicación sobre la historia del pensamiento occidental "es el polo opuesto a los libros de autoayuda".

El propio Savater se inició en la materia con 14 años, cuando sus padres decidieron regalarle un libro que marcaría para siempre una vocación que, "valga lo que valga, dura ya medio siglo": se trata de La sabiduría de Occidente, de Bertrand Russell, un pensador al que Savater homenajea en la ilustración final del libro, donde aparece su propia figura en un pupitre atendiendo una lección de Russell.

La obra está apoyada por ilustraciones de su hermano, el pintor Juan Carlos Savater, “que la enriquecen mucho y le dan mucha fuerza e interés”, reconoce este autor al que le gustan los libros ilustrados, pero no sólo por cuanto le ha dispensado de ciertas explicaciones “con respecto al aspecto físico o al entorno”, sino por su amor al libro como “objeto grato de manejar”.

  • 1