Desde el lunes y hasta el 11 de enero, 48.000 trabajadores del grupo automovilístico Fiat en Italia pasarán a "cassa integrazione", suspensión temporal de empleo, con el objetivo de adecuar la producción a la demanda del mercado.
La medida afectará a todas las factorías Fiat (Mirafiori, Cassino, Melfi, Términi Imerese, Pomigliano, Sevel y Pratola Serra) y ha sido adoptada aprovechando el tradicional parón de fin de año. Todos los años, Fiat cierra sus puertas dos semanas y media entre Navidad, fin de Año y la Epifanía. Este año, en cambio, se han añadido más días, hasta alcanzar las cuatro semana de suspensión temporal de empleo, "aunque están garantizado los puestos de trabajo", subrayaron.
Esta medida, añadieron fuentes del grupo, está en línea con las adoptadas por las casas automovilísticas europeas y se conocen a la vez que el consejero delegado de Fiat, Sergio Marchione, afirmara en una entrevista que publica hoy "La Repubblica", de Roma, que la crisis que afecta al sector "no asusta" al grupo turinés.
