Los plazos de Fibes se siguen prorrogando y su coste continúa sin tocar techo. Urbanismo se fijó ayer como meta principios de 2011 y cifró el precio aproximado de la obra de ampliación del palacio de congresos en 80 millones de euros. Aunque el delegado del área, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, aseguró que la financiación está completamente garantizada, los números siguen sin cuadrar.
Las cuentas así lo demuestran: la Junta ha aportado 16,8 millones de euros; la Diputación tiene una participación de 2,7 millones de euros; y el Estado ha dejado de colaborar tras aportar 2,5 millones. En total, 22 millones de euros.
Faltan, de momento, 58. Sobre el papel una parte del coste de la obra debe proceder de la explotación de los terrenos adyacentes que, en época de bonanza económica, se tasaron en 35 millones. En el mejor de los casos, el Ayuntamiento deberá asumir 23 millones de euros. Pero a esa cifra habrá que añadir todo lo que no se consiga con los terrenos.
"La arquitectura financiera está pendiente de cerrarse, pero todo va a cuadrar", explicó Gómez de Celis, durante su visita junto al edil del PP Curro Pérez. Su afirmación se apoya en que Emvisesa ya pidió en junio de 2007 un crédito de 79 millones para la obra.
El problema es que desde el año pasado se han empezado a realizar pagos y que entre 2010 y 2011 se debe liquidar la obra a la empresa. Y Emvisesa debe responder a este crédito, lo que obliga a intervenir al Consistorio.
El acuerdo para la financiación del proyecto estuvo frenado varios meses por el riesgo que podía suponer para Emvisesa. El pacto por escrito se basó en dos extremos: la explotación de los terrenos -ahora parada a la espera de un momento del mercado más propicio para evitar un agujero aún más grande en el proyecto- y la participación del Estado, que debía llegar a los 14 millones.
En el último presupuesto del Estado ya desapareció. Se ha quedado en 2,5 millones. "Es mucho más de lo que nos dio el PP", subrayó Celis, quien aseguró que seguirá pidiendo al Gobierno, aunque dejó entrever que la puerta está cerrada.
Los plazos, principios de 2011, quedan ya casi en un segundo plano, al ser imposible ya estrenarlo con una cumbre europea.
