El presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció ayer la reintegración plena de Francia en la OTAN, con su retorno al mando militar, como un paso necesario para hacer frente a unas condiciones de seguridad que han cambiado "radicalmente". "Francia ya no está amenazada por una invasión militar", las amenazas de hoy en día son muy diferentes, según el jefe del Estado galo, quien subrayó que "una nación solitaria es una nación que no tiene ninguna influencia".
Sarkozy hacía estas declaraciones en la clausura de un coloquio titulado Francia, la defensa europea y la OTAN del siglo XXI, en el que participaron, entre otras autoridades, el secretario general de la Alianza, Jaap de Hoop Scheffer, y el Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) de la Unión Europea (UE), Javier Solana.
El presidente aprovechó la ocasión para explicar su decisión de que Francia vuelva a participar plenamente en el mando militar de la OTAN y para desmontar las críticas de quienes aseguran que eso implica pérdida de soberanía. Son críticas procedentes de las filas de la oposición pero también de algunos grupos soberanistas de su propio partido, el conservador UMP.
Sarkozy intentó convencerles ayer asegurando que es precisamente el alejamiento de Francia de la OTAN el que limita su independencia nacional. "Ha llegado el momento" de que Francia no se excluya de una organización en la que ya está participando, insistió, antes de reiterar que París conservará su libertad a la hora de tomar decisiones sobre el envío de tropas. Hace más de 40 años que Francia dejó de participar en la estructura militar por decisión del general De Gaulle, quien no quería que, en el contexto de la guerra fría, hubiese tropas extranjeras en Francia dirigidas por otro país.
