-Dos años y medio después, volvió a ser titular en un partido de Primera. ¿Qué tal se sintió?
-Las sensaciones no fueron tan agradables como uno desearía porque no conseguimos continuar con la dinámica de resultados positivos. Sabíamos que era un sitio propicio para conseguirlo.
-Y ante el Zaragoza volvió a jugar un encuentro con el Betis. ¿Hubo nervios?
-No, nervios no. En esos momentos no piensas en nada, fue todo tan rápido... Uno sale directamente del banquillo por una situación extrema y desagradable [la expulsión de Casto], pero por suerte se consiguió la victoria.
-Y la grada le dispensó un buen recibimiento, ¿no?
-Sí, bueno, en parte sí. No sé, uno se centra en el partido y no está atento a lo que ocurre fuera.
-En todo caso fue mejor que el del día del Elche.
-Es que ese partido fue nefasto por mi parte y era lógica la postura de la afición. Porque mi partido fue desastroso, vamos.
-¿El peor de su carrera?
-Sí, hasta hoy sí que lo es.
-Si malo fue aquel partido, qué decir de los cuatro meses siguientes, en los que ya no jugó, ¿no?
-Se tomaron decisiones por el bien del equipo y está claro que uno siempre desea jugar, pero es consecuente con esas decisiones. El equipo, además, rompió la racha negativa y logró el ascenso, que era el fin colectivo. Todos sabíamos que después de eso vendrían tiempos mejores.
-¿Cómo lo lleva un portero que no se había perdido ni un minuto en las dos temporadas y media anteriores?
-Sufriendo en silencio y al mismo tiempo luchando por el bien común. Es lo único que nos queda, apoyar a los compañeros para que los 12 o 14 que juegan lo hagan lo mejor posible.
-Casto siempre habla muy bien de usted como compañero.
-Vosotros ya sabéis que soy muy tímido en las entrevistas y muy callado, pero lo primero que soy en todos los lugares donde he estado es compañero de mis compañeros. Siempre voy en busca del bien colectivo y siempre he apostado por crear un buen hábitat de trabajo. Eso es más fácil en los buenos momentos, pero también hay que intentarlo en los malos. Los porteros estamos muchísimo tiempo trabajando juntos y es fundamental que entre nosotros reine el buen ambiente para que quien juegue trabaje a gusto y esté al 200%.
-¿Da por hecho que el domingo volverá al banquillo?
-Hombre, soy objetivo y Casto está muy bien. El míster tomó una decisión y sé que el otro día jugué por unas circunstancias. Desearía jugar, pero Casto ahora mismo está francamente muy bien y seguirá jugando.
-En realidad es casi increíble que usted siga en el Betis, porque en verano le dijeron que se podía ir. ¿Cómo vivió aquello?
-Cuando el club me comunicó mi situación, sólo quedaba acatarla y comunicársela a mi agente para buscar una salida.
-Dentro de lo malo, ¿agradece la franqueza y la prontitud con que se lo dijeron?
-Aunque sea una noticia no deseada, es de agradecer la franqueza. Soy una persona clara y también pido claridad.
-Después se lesiona Fabricio y el club vuelve a contar con usted. ¿Cómo reaccionó? ¿Hay que apartar el orgullo después de que su empresa le quisiera dar de baja?
-La verdad es que mi situación se volvió un poco complicada. Cuando un club no cuenta contigo, lo primero que quieres hacer es marcharte y no entorpecer la dinámica del grupo. Y cuando me dijeron que paralizara cualquier movimiento, te quedas un poco en stand by, porque te dicen que cambies el chip de una forma radical y en poco tiempo. Y eso debes hacer, ser uno más. Por suerte ya conocía a los compañeros y es un gran grupo.
-Y ahora es el portero del líder. ¿Cómo se lleva eso?
-Es una recompensa al trabajo que hacemos, pero nuestra meta es ir partido a partido. En febrero o marzo veremos hasta dónde estamos capacitados para llegar.
-¿Ir líder no le hace pensar en otros objetivos más allá de la salvación?
-Es un campeonato muy igualado en el que, quitando a dos equipos que están muy por encima, los demás estamos en la misma Liga. A partir de febrero o marzo veremos por qué lucha cada uno. Y para llegar ahí lo mejor posible, tenemos que ir partido a partido, siendo un equipo muy ambicioso, sin renunciar a nada, pero también siendo fríos, cautos y humildes. Así conseguiremos grandes cosas.
-¿Le da la impresión de que los equipos miran al Betis no como un recién ascendido?
-El Betis es un grande por ser el Betis, su historia, su afición y su campo. Es un recién ascendido pero también es uno más de Primera. Y además estamos desplegando un fútbol muy bueno, con una posesión amplia y muchas ocasiones claras. Son datos objetivos en los que se basan los rivales para respetarnos.
-¿Se les llenan los oídos con tanto elogio?
-No sé, yo creo que las críticas positivas son buenas pero no se nos tienen que llenar los oídos, porque entonces es cuando levantamos los pies del suelo y nos dan los golpes más duros. Tenemos que ser ambiciosos pero trabajadores. Son los valores que nos han llevado a donde estamos hoy.
-De todo lo que está ocurriendo en la Liga, ¿que el Betis sea líder es lo más sorprendente?
-La Liga no ha hecho más que empezar y tenemos que seguir en la misma línea. Si como recompensa estamos ahí adelante, siguiendo en la misma línea podemos conseguir bienes mayores, pero sin olvidarnos de que debemos ir partido a partido.
