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"Golpear la Amazonía ha sido un crimen contra la humanidad"

Pablo Fajardo recaló en Sevilla para ser recibido por Diego Valderas. ¿Su misión? Poner en conocimiento el daño ambiental producido en la Amazonía por la empresa estadounidense.

el 08 mar 2014 / 09:58 h.

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Pablo-FajardoSu agenda de viajes es apabullante. El abogado Pablo Fajardo está en constante gira. En Sevilla se ha entrevistado con el vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, además de visitar la Hispalense. Su objetivo no es otro que el denunciar el daño medioambiental y humano provocado por la petrolera Chevron-Texaco en la Amazonía ecuatoriana. Galardonado con el Premio Héroe de la CNNy en posesión de la prestigiosa distinción Goldman por su defensa de la naturaleza, Fajardo, nacido en un ambiente de extrema pobreza, trabajó siendo niño desbrozando maleza y, gracias a unos misioneros navarros, pudo acceder a los estudios de Derecho. Hoy es el defensor principal de los miles de demandantes de un caso cuya tensa pelea aún no ha concluido. ¿A nivel práctico para qué les sirven todos los apoyos que está recabando, en este caso el de la Junta de Andalucía? Son importantísimos porque nuestra meta no es solo ganar un juicio y cobrar las indemnizaciones, si no que este crimen tan perverso que se ha cometido enEcuador no suceda en ningún otro país del mundo. Además la Amazonía no compete solo a nuestro país, atañe a todo el mundo, es un crimen contra la humanidad porque es patrimonio de la humanidad. ¿Cuál ha sido, a su juicio, el delito de la petrolera? Durante 34 años esta empresa construyó cerca de 1.000 lagos artificiales en la selva donde arrojaron vertidos tóxicos sin que fueran cubiertos; también derramaban barriles de petróleo crudo en las carreteras, contaminando el suelo y el agua de los ríos.Esta contaminación acabó provocando graves problemas de salud a la población del entorno(cáncer, leucemia, abortos espontáneos...) según un estudio de Medicos Mundi. Los ríos de la zona están contaminados por benzeno, un agente cancerígeno al decir de distintos organismos internacionales. Usted mismo padece problemas de salud a causa de lo que cuenta. Sí, así es. Y vivo con la angustia de saber si desarrollaré algo grave en el futuro. Desde mi infancia he visto el deterioro de la salud de muchos amigos y familiares. Hoy día hay personas que siguen muriendo por estas actuaciones. Son 30.000 las personas que viven en la provincia de Sucumbios, la más afectada. Pero el daño ambiental y sanitario ha alcanzado ya al menos a 150.000 personas sin ninguna duda. En 2011 y 2012 dos fallos judiciales les otorgaron la razón y condenaron a la compañía a pagar 9,500 millones de dólares, que serían 19.000 millones si Chevron-Texaco no les pedía disculpas. ¿Han cobrado las indemnizaciones? Ellos niegan el daño y tratan de endosar la factura al Gobierno ecuatoriano, de hecho tienen en marcha una gigantesca campaña para acorralarlo. Además, como ya no tienen activos en Ecuador tenemos que recurrir a cortes extranjeras para exigirles el dinero. Tienen cientos de abogados trabajando en su defensa, las víctimas sólo me tienen a mí. Y no, no han pagado, por lo que la batalla legal continúa. ¿Es reversible el daño? Hay una parte que resulta absolutamente irreparable, como son las dos culturas indígenas que se han extinguido por culpa de la contaminación. En lo tocante a lo medioambiental se puede hacer mucho para restaurar el ecosistema y conseguir amainar el perjuicio causado. Usted está en posesión de prestigiosos premios que avalan su lucha e incluso ha sido portada de Vanity Fair. Pero también se considera un hombre amenazado. Los letrados de Texaco siempre me han minusvalorado considerándome un simple picapleitos de pueblo. En agosto de 2004 mi más estrecho colaborador fue asesinado a tiros en la sede de nuestra asociación de afectados. Dicen que le confundieron conmigo. Siempre he querido pensar que fue un crimen común, porque de lo contrario el odio no me dejaría vivir. Por lo demás, habitúo a alterar mis rutas, viajo de noche, vivo en hoteles y mi matrimonio se rompió hace ya mucho tiempo. Además de recibir el brazo por el hombro de innumerables políticos, ¿puede hacer algo la gente de a pie en solidaridad con ustedes? Tenemos una web en la que pueden conocerlo todo de primera mano (texacotoxico.org). Ahí pueden estar informados de primera mano de nuestras acciones y de las necesidades de ayuda que tenemos. ¿Cree que si el caso hubiera sucedido en otro país no en vías de desarrollo todo se hubiera solucionado de manera más rápida? Los vertidos de la petrolera BP en Norteamerica les pasaron facturas casi inmediatamente. Y todo el mundo conoció el caso. Pero Chevron-Texaco se burla de la humildad del pueblo ecuatoriano. La actitud racista de esta empresa les impide reconocer que la gente de los países pequeños tiene dignidad. Y su inmenso poder económico sólo busca aplastar a la población y enterrar el caso. Por eso ni siquiera tenemos un calendario cerrado de futuras acciones, los frentes judiciales abiertos se cuentan por cientos. En Sevilla hemos recibido el apoyo de los gobernantes andaluces. Hay que seguir afeándoles la cara para que un día reparen algo del daño.

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