Cultura

Grandiosa despedida de Esplá y pitada a Morante en Madrid

El matador de toros Luis Francisco Esplá abrió ayer la Puerta Grande de Las Ventas en la grandiosa tarde de su despedida de Madrid tras haber cortado dos orejas después de formar un verdadero lío a un bravísimo toro de Victoriano del Río premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre en la que puede catalogarse como la faena más redonda que ha cuajado el alicantino en su vida en Madrid.

el 16 sep 2009 / 03:51 h.

El matador de toros Luis Francisco Esplá abrió ayer la Puerta Grande de Las Ventas en la grandiosa tarde de su despedida de Madrid tras haber cortado dos orejas después de formar un verdadero lío a un bravísimo toro de Victoriano del Río premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre en la que puede catalogarse como la faena más redonda que ha cuajado el alicantino en su vida en Madrid. El diestro puso del revés al coso venteño, que enloqueció y se le entregó en una faena de enorme reposo, regusto y desmayo poco frecuente en este torero. También mostró gran determinación Sebastián Castella frente a un lote nada fácil, mientras que Morante de la Puebla fue incomprendido por el público madrileño después de pechar con un lote igualmente complicado, según informa mundotoro.com.

Luis Francisco Esplá, que primero lo intentó en tablas con un manso aprovechando su querencia sacándole muletazos de uno en uno en una labor en la que molestó el viento, formó el alboroto en el sexto, cuya faena y muerte brindó al público de Madrid por ser su último toro en Las Ventas. Toreó con ambas manos con relajo, temple y mucha torería a un gran toro de Victoriano del Río que embistió con profundidad y gran entrega en su muleta. Finalizó su labor con adornos y sus recortes clásicos antes de dejar una estocada en todo lo alto siendo premiado con las dos orejas y causando un gran alborozo en la plaza entera.

Castella estuvo muy valiente ante sus dos toros: primero con el peligroso y geniudo tercero, ante el que se plantó con arrestos en el centro del ruedo desafiando al viento reinante y después con el fiero sexto, al que se encaró con determinación y mérito en una faena de gran valor y aplomo ante un animal que no fue fácil. Morante de la Puebla fue incomprendido por el público, que le despidió entre pitos después de no tener apenas opción con el quinto, un toro complicado que pegaba gañafones y hachazos y antes con el segundo, que dejaron crudo en el caballo después de haber cambiado el tercio del presidente.

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