Economía

Grecia zanja su crisis política con un gobierno de unidad sin Papandreu

El primer ministro paga el órdago del referéndum y pacta con la oposición un Ejecutivo de coalición y elecciones anticipadas.

el 06 nov 2011 / 20:27 h.

Grecia trata de volver a la calma después de vivir una semana de auténtica locura, que arrancó con el sorpresivo anuncio por parte del primer ministro griego, Yorgos Papandreu, de un referéndum sobre el rescate de la Unión Europea apenas unos días después de que Europa consiguiese cerrar los flecos para que recibiera el siguiente tramo de ayudas.

Y lo intentará hacer con un nuevo líder político que relevará a Papandreu, condición indispensable que la oposición griega había exigido al Ejecutivo para poder pactar un gobierno de coalición hasta que se celebren nuevas elecciones, y cuyo nombre se conocerá hoy.

Así lo acordaron en la tarde de ayer el primer ministro y líder del Partido Socialista Panhelénico (Pasok), Yorgos Papandreu, y el líder del principal partido de la oposición, Nueva Democracia, Antonis Samaras, que precisaron que las condiciones concretas del acuerdo deberán ser abordadas en posteriores negociaciones.

Tampoco tenían demasiado margen de actuación. Tras el susto dado a sus socios europeos con la consulta popular, las autoridades de la Unión Europea habían llegado a amenazar a Grecia con la expulsión del euro si los dos principales partidos del país no lograban ponerse de acuerdo ayer mismo, según informó la radio griega Skai. "Hay un importante riesgo de expulsión de la Eurozona", advirtieron.

Papandreu y Samaras se reunirán de nuevo hoy para abordar quién será el primer ministro del nuevo gobierno, explica el comunicado, que matiza que Papandreu no será el líder de este ejecutivo de coalición.

El gobierno de coalición será el encargado de aplicar el acuerdo de rescate y los recortes que se deriven y, después, organizará unas elecciones legislativas anticipadas, la segunda de las principales demandas de la oposición.

La renuncia de Papandreu no ha sido una decisión inesperada. El órdago lanzado en forma de referéndum fue cuestionado hasta por sus correligionarios y la última prueba de fuego fue la moción de confianza que salvó el pasado viernes por la noche por apenas un puñado de votos.

El acuerdo se hizo público al término de la reunión mantenida entre el primer ministro Papandreu, el líder opositor Antonis Samaras y el presidente heleno Karolos Papoulias, que sucedió al Consejo de Ministros extraordinario que convocó el primer ministro y al que trasladó previamente que no tenía intención de encabezar el siguiente Gobierno griego.

"Está claro que este Gobierno va a pasar el testigo, pero no lo entregará a la nada, sino a un nuevo gobierno si llegamos a un acuerdo, y espero que esto ocurra pronto. Y cuando digo pronto, digo hoy, no mañana", aseguró. "No tengo interés en ser el primer ministro del nuevo gobierno", apostilló.

El aún primer ministro griego afirmó además que las próximas elecciones legislativas no deben celebrarse antes de febrero o marzo, una vez que el nuevo plan de rescate -que recibió el visto bueno de Bruselas el pasado 26 de octubre- sea aprobado por el Parlamento.

Distintas fuentes daban por seguro que Papandreu pensaba dimitir inmediatamente después que se lograra un acuerdo para un gobierno de coalición con el principal partido de la oposición, Nueva Democracia.

El Ejecutivo resultante gestionará así el país durante cuatro meses, hasta la celebración de elecciones anticipadas.

La dimisión de Papandreu y los comicios anticipados eran las dos condiciones marcadas por la oposición para arrimar el hombro y pactar el gobierno de transición, mientras que el hasta ayer primer ministro heleno había declarado que no tenía ningún apego a la silla para despejar el camino, aunque no estaba de acuerdo con el adelanto de los comicios.

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