El presidente Griñán parece haber tomado buena nota de las prisas que le metieron sindicatos y empresarios para abordar las medidas anunciadas en el Debate del Estado de la Comunidad. Y si ayer, inicialmente, se comprometió a que todas estén "en marcha esta legislatura sin excepción", minutos después fue más allá. Sabedor de que quedan nueve meses para las autonómicas y que tras el batacazo en las municipales urge recuperar votantes, garantizó que las "27 medidas formarán parte de la hoja de ruta no de aquí al final de la legislatura sino a final de año".
"Hay que gobernar para el futuro -dijo- pero también mirando alrededor y ofreciendo soluciones, aunque sea coyunturales, a problemas que no pueden esperar respuesta". Las consejerías ya han recibido instrucciones para ponerse manos a la obra.
Griñán cerró el debate instando a los diputados a sentirse "orgullosos" de su legitimidad como representantes del pueblo. Si el miércoles hizo varios guiños al 15-M, ayer dejó claro que "la democracia se puede perfeccionar pero la base fundamental es el mandato que se obtiene en las urnas". Con todo, prometió "humildad" para "escuchar todos los días". También el portavoz parlamentario socialista, Mario Jiménez, tendió la mano a los indignados para trabajar "juntos".
Jiménez dedicó su intervención a arremeter contra el PP y su falta de colaboración contra la crisis. "Practica el vampirismo político poniendo el acento en las dificultades del gobierno y obstaculizando su labor", dijo, tras afearles que no muestran sus ideas "porque dan miedo". Acusó a Arenas de "indignado falso" porque "piensa sacar provecho de la situación" y ve el paro como "una palanca para alcanzar el poder".
Le respondió la portavoz del PP, Esperanza Oña: "Arenas no es un indignado falso, es un político comprometido con Andalucía". Rechazó lecciones de democracia y moral y defendió que sus propuestas "son un programa alternativo del cambio" pero siempre chocan con "el rodillo" del PSOE.
Desde IU, Pedro Vaquero pidió un "rearme ideológico de la izquierda para reaccionar a tiempo frente al avance de la derecha" e instó a formar un "bloque social" para ilusionar, algo que dijo, ni PSOE ni IU lograrán solos. De paso aclaró que "la pinza no va a volver a Andalucía". Ayer Griñán, lejos de aparcar sus críticas a los mercados financieros y a la UE, incidió en ellas al recordar las protestas de los griegos contra el plan de recortes de su país. "Cómo puede ser que lo bueno para la economía sea malo para los ciudadanos", se preguntó.
Quien se convirtió en protagonista inesperado fue el diputado socialista Ismael Vaca. Al más joven de la Cámara se refirieron Jiménez y Oña para escenificar que el líder contrario ya estaban en política antes de que naciera y por ello no pueden presentarse como alternativa.
