La encuesta que publica hoy El Correo de Andalucía -que será complementada con una segunda entrega muy sustanciosa en la edición de mañana- y que es la primera que se practica tras el relevo en la Junta, revela sobre todo un triunfo del PSOE andaluz como organización política.
La nueva mayoría absoluta que a día de hoy le concederían las urnas a la candidatura socialista, ahora encabezada por Griñán, no es más que el reflejo del buen hacer de lo que se ha dado en llamar, despectivamente, el aparato del partido.
En medio de la tormenta desatada por esta crisis lacerante, con un paro afilado y con inciertas expectativas de futuro, la inmensa mayoría de los andaluces volvería a depositar su confianza en el PSOE, que aventaja al PP en más de ocho puntos, un resultado calcado al de los comicios europeos.
Y si es un triunfo del aparato, es un éxito personificado en la figura de Luis Pizarro, cocinero de cada estrategia que ha dado el PSOE en los últimos lustros, un oficio de sumo ejecutor que desempeña con maestría entre otras cosas por no ambicionar más poder que el que necesita para contribuir a que su partido no lo pierda.
Lo que dice la encuesta del grupo Estio de la Universidad de Sevilla y el Centro Andaluz de Prospectiva es que los andaluces han aceptado con naturalidad el relevo de Griñán por Chaves. Están dispuestos a darle su apoyo como lo hicieron con su antecesor.
La renovación del apoyo ciudadano al proyecto socialista hunde sus raíces en el proceso del relevo, en el que nuestra encuesta profundiza mañana. En una semana de abril quedó resuelta una sucesión política atascada, atrasada y con el riesgo de que se hubiera presentado atravesada.
No era fácil para el PSOE hacer los movimientos precisos en un periodo de tiempo tan corto y ejecutarlos con tanta limpieza. Los distintos órganos del partido socialista ampararon a Griñán como candidato, el PSOE plantó su candidatura sobre el discurso de los dos mandatos y el propio Zapatero terminó bendiciendo la operación, que probablemente habría tenido otro final si el PSOE andaluz no hubiera estado dotado de tal estructura orgánica, si sus cargos y militantes no hubieran demostrado una vez más su responsabilidad en los momentos claves y si la frivolidad de un cuestionamiento interesado al hoy presidente se hubiera abierto camino entre las carnes de la organización.
Habría sido la forma perfecta para trasladar a su electorado, a sus simpatizantes, la duda y la reserva respecto a Griñán. Pero la encuesta refleja que ocurrió_lo contrario. Un relevo de libro que les ha permitido seguir trabajando como si nada. Con el partido pacificado. Una balsa de aceite que sigue permitiendo tener al PP a una distancia de mayoría absoluta.
En el sondeo coexiste otro dato muy relevante: casi el 50% de los encuestados consideran que con Griñán en la presidencia ha comenzado un nuevo ciclo político en Andalucía. Y, entre ellos, los más jóvenes defienden mayoritariamente esa idea. A partir de ahí es posible deducir que el PSOE ha registrado una incidencia positiva del relevo en el resultado de las europeas.
Es más difícil detectar la existencia de un "efecto Griñán", pues resultaría demasiado tempranero y es poco creíble dado el nivel de conocimiento (un 52%) que muestra en este primer sondeo._Todo indica que la salida de Chaves ha tenido un efecto balsámico en los resultados, algo de lo que el propio relevado era consciente. Y algo más: pese a los 63 años de Griñán, el electorado andaluz aprecia que el partido que ha hecho el cambio ha sido el PSOE. Una vez más ha tomado la delantera y le saca dos cabezas al PP en el movimiento de fichas.
Mañana, insistimos, podrán leer otros datos jugosos con la opinión de los 1.400 encuestados respecto a las consecuencias del relevo socialista en las filas del PP, en las que se detecta con claridad el mismo hastío hacia la candidatura de Javier Arenas que mostraban los votantes socialistas por la candidatura de Chaves en los últimos sondeos. De hecho, podrán comprobar cómo uno de los elementos que más reprochan los andaluces a Chaves ha sido su larga permanencia en el poder.
Sin embargo, vuelvo a insistir en que en mi opinión el PP_no tiene hoy ningún candidato mejor que Arenas. Pretender lo contrario sería engañarse. Salvo sorpresa mayúscula, el presidente del PP andaluz se medirá con Griñán en las urnas. Posiblemente ése sea el verdadero drama del PP: Arenas es a la vez su mejor candidato y su lastre.
¿"Qué ocurriría en el PP si se abriera un proceso de sucesión? La dinámica contrastada nos dice que un partido que funciona como lo hace el PP andaluz reaccionaría con las filas prietas. Pero los indicadores nos invitan a dudarlo: es difícil creer que en un partido que lleva perdiendo elecciones desde la restauración democrática sus cargos y militantes volvieran a tragar con ruedas de molino sin más. Mayores sorpresas nos está deparando la sociedad civil de Irán, que parecía inexistente.
Quizás esa sea a día de hoy la paradoja andaluza:_la fortaleza interna del PSOE le permite aspirar a otro largo ciclo de gobierno mientras que la autarquía orgánica del PP le impide practicar un relevo con éxito.
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