José Manuel Roldán.
Cuántos profesores se han perdido desde que el Gobierno impuso la tasa de reposición? No dispongo en estos momentos de las cifras. En cualquier caso es un número elevado, especialmente porque en muchas universidades creadas más o menos por la misma época, como es el caso de Córdoba, que lógicamente es la que mejor conozco, se está dando un importante relevo generacional. Desde luego estamos hablando de cientos de ellos.
Sobre los recursos puestos por Hacienda a los concursos públicos de profesor titular y catedráticos, ¿qué ha pasado con ellos? Hacienda es contraria en estos momentos al argumento de que el paso de titular a catedrático pueda llevarse a cabo sin alterar el número de profesores ni incrementar el de plazas y, en consecuencia, todos los casos basados en esta argumentación han sido rechazados por la Abogacía del Estado.
¿Ya han podido contratar las universidades a ese personal urgente que autorizó la Junta en septiembre? Se trata de procesos que en algunos aspectos son lentos porque hay que convocar, fallar, caben alegaciones...Pero van marchando. Los permisos para contratar profesorado urgente ya están dados y esta puede ser una vía importante a la hora de paliar al menos ese tipo de necesidades.
¿Cuál es el modelo de financiación que quieren las universidades andaluzas ahora que hay que empezar a negociar uno nuevo? En todo modelo de financiación es preciso conjugar una serie de parámetros. Evidentemente, el número de alumnos y el de créditos matriculados pueden ser uno de ellos. Pero también es preciso ponderar otros: cumplimiento de contratos programa, investigación, captación de recursos
y siempre aplicando mecanismos de participación y transparencia.
Pues el ministro Wert quiere revisar esa financiación, a la baja, al no ser una educación obligatoria. Todo depende de la concepción que se tenga sobre la educación superior. Personalmente, creo que el acceso a ésta debe facilitarse a todos los sectores de la sociedad, porque la enriquece y propicia su avance. Y no debemos olvidar que junto a las misiones tradicionales, la Universidad tiene hoy la de servir de motor de desarrollo económico y social de su entorno, lo que viene haciendo con notable eficacia. Nadie está en contra de la calidad y la excelencia, pero evidentemente hay otros factores que forman parte de la esencia de las universidades como servicio público y que no pueden reducirse a simples criterios contables.
El porcentaje de financiación que el ministro quiere que las universidades obtengan de empresas y mecenas ¿es realista? Una Universidad pequeña pero con un alto potencial investigador, como es la de Córdoba y muchas otras, pueden captar ese 30% que nos sirve de referencia en Andalucía e incluso a veces algo más. Lo que ya no sería realista es pedir un 70% o un 80%.
¿Hay convocatoria para abordar con el Gobierno la propuesta de reforma de la Universidad? Ha habido una serie de contactos, donde se han emitido y escuchado opiniones, pero sin establecer compromisos ni un calendario de reuniones. Lógicamente, es el ministerio quien debe tomar esta iniciativa y marcar los tiempos. Y en esa espera estamos.
Susana Díaz ha planteado incluir a la Universidad en la concertación. ¿Le suena bien la música? La valoración es positiva, como todo lo que se basa en el diálogo y la participación. Sin duda, si a las universidades se nos pide dinamizar el tejido económico y social de nuestro entorno, transferir conocimiento, propiciar la investigación, contribuir a un cambio de modelo de sociedad, es preciso que esté presente en este tipo de iniciativas.
