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Haití sufre carencias "enormes" seis meses después del seísmo

Unicef alerta de las condiciones infrahumanas de 800.000 niños.

el 12 jul 2010 / 20:20 h.

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Fotografía del pasado 3 de julio de un hombre buscando material para reciclar entre los escombros de Puerto Príncipe.
Seis meses después del terremoto que costó la vida a más de 300.000 personas y dejó sin hogar a dos millones de haitianos, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó ayer que las necesidades de más de 800.000 niños afectados y sus familias siguen siendo "enormes".


También, el Servicio Jesuita a Refugiados recordó que un millón de supervivientes del país siguen en condiciones "lamentables", con "saneamientos inadecuados, acceso limitado a los servicios públicos, inseguridad y escasez de alimentos".


En la actualidad, según la agencia de la ONU, 1,2 millones de personas reciben agua potable a través del trabajo de Unicef junto a otras organizaciones de ayuda humanitaria y el propio Fondo para la Infancia está suministrando directamente agua a 330.000 personas. Asimismo, más de 275.000 niños han sido inmunizados contra enfermedades que se pueden evitar con vacunas. Los programas de nutrición están suministrando alimentación a unas 550.000 personas con necesidades especiales -niños menores de cinco años y madres lactantes- y unos 2.000 niños con malnutrición severa aguda reciben atención y alimentación terapéutica, que salva sus vidas. Aparte, medio millón de niños, de los cuales 185.000 están integrados en programas propios de Unicef, han recibido material escolar. También se ha dado formación especial a 2.300 profesores y a 3.000 trabajadores de la enseñanza.


bajo los escombros. Y aunque se han producido algunos avances, los barrios de la capital haitiana siguen con un paisaje urbano muy desolado de carpas improvisadas y con montañas de escombros que esperan a ser retiradas de las calles. El trabajo de liberar las vías está a cargo de la Compañía Nacional de Equipamiento y varios organismos internacionales mediante el programa Dinero para trabajo, que emplea a vecinos de varias zonas afectadas. Pero con sus equipos rudimentarios los trabajadores del programa, que reciben 4 euros al día, no llegarán ni siquiera en el medio plazo a sacar los 20 millones de metros cúbicos de escombros que están esparcidos por la capital. "Por todos lados se ve cemento", se lamentó Lise, una doctora que ve alargar su tiempo en automóvil para llegar a su clínica debido al eterno atasco por calles obstaculizadas. Mientras, parecen "extraños" los grandes espacios dejados por edificios demolidos, dice la profesional. "Me produce un sentimiento raro cuando bajo de la montaña Canapé Verthasta el centro, cuando veo un paisaje de carpas donde hubo antes espacio verde".


Después del terremoto, damnificados ocuparon de forma espontánea los parques públicos y todos los espacios vacíos para instalar carpas. También, los espacios interiores de los barrios están llenos de carpas de plástico que sirven de improvisado hogar.

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