Efectivos de la Gendarmería francesa han hallado los cadáveres de ocho recién nacidos en una vivienda y un jardín de la localidad de Villers-au-Tertre, al norte del país, cercana a la ciudad de Douai.
La Fiscalía de Douai ha abierto una investigación judicial para aclarar lo ocurrido, según informan ayer varios medios de comunicación franceses, que añadieron que los presuntos padres de los pequeños permanecen detenidos desde el pasado martes, cuando se produjo el macabro hallazgo.
Fueron los nuevos propietarios del chalet en cuyo jardín aparecieron los restos mortales de dos pequeños, envueltos en bolsas de plástico, los que alertaron a los gendarmes.
Fuentes citadas por el diario Le Parisien en su página web explicaron que las pesquisas llevaron a los agentes a una segunda vivienda, a apenas un kilómetro de distancia, en la que aparecieron los de los otros seis.
Los sabuesos de la Policía siguen buscando en ambos lugares mientras que miembros de la Policía científica también trabajan en la zona sin que por el momento se sepa cuánto tiempo podían llevar enterrados lo pequeños en las dos viviendas.
Según la emisora de radio RTL, que cita fuentes judiciales, su madre, una mujer de 45 años ,ha confesado que ocultó los embarazos a su marido. Los análisis forenses realizados a dos de los cadáveres han permitido determinar que se trata de los restos de dos pequeños que habrían sido enterrados hace unos diez años. La mujer ha reconocido que eran sus hijos e informado de que hay más cadáveres.
De momento, no han trascendido más detalles de este suceso sobre el que está previsto que hoy informe en rueda de prensa el fiscal encargado de la investigación.
