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«Hay que corregir la idea de que ser profesor es conseguir una ‘placita’»

Pilar Paneque, directora de la Oficina del CEI CamBio, no ha tenido vacaciones, pero está convencida de que Andalucía logrará su segundo campus de excelencia el 21 de octubre.

el 10 sep 2011 / 18:51 h.

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Pilar Paneque se ha pasado sus vacaciones encerrada entre las cuatro paredes de su despacho dando forma al proyecto de CEI CamBio.

Este mes de agosto, Pilar Paneque Salgado (sevillana de 36 años) ha cambiado la playa por el despacho, ha empezado a dormir muy mal ("¡Tengo unas ojeras!") y los nervios han hecho acto de presencia. Pero la directora de la Oficina del Campus de Excelencia Internacional (CEI) CamBio, coordinado por la Pablo de Olavide , está convencida de que todo este sinvivir se verá recompensado el próximo 21 de octubre. Para ese día, sabrá si el trabajo de los últimos meses se ve recompensado con la obtención de la calificación de campus de excelencia. "Andalucía -recalca- se lo merece".


-¿Qué puede darles la victoria tras el primer intento fallido?

-Los ocho socios, siete universidades y el CSIC, hemos redefinido el plan estratégico del campus de excelencia y hemos logrado la agregación de 200 entidades entre empresas, fundaciones y corporaciones tecnológicas, entidades que quieren desarrollar las actividades del plan estratégico para lograr avances en la economía sostenible tanto en el territorio andaluz como en el ámbito internacional.


-¿Es quizás la agregación de más de 200 agentes la gran diferencia con el primer proyecto?
-Es una, pero tiene mucho peso en el ámbito nacional e internacional. Con el campus de excelencia CamBio no hablamos de proyectos futuros sino de realidades. Por eso esperamos con más ilusión si cabe la calificación, para reforzar los resultados que ya estamos obteniendo.


-¿Cómo se defiende la necesidad de invertir en un CEI en un contexto de crisis como el actual, en el que los gastos son mirados y criticados hasta el milímetro?
-El nacimiento de un CEI no es un proyecto que implique nuevo gasto. Todo lo contrario. Se trata de reconducir el que tienen las universidades, y, precisamente ahí, la alianza de socios llevará a una mejor gestión de los fondos, a buscar sinergias en actividades que muchas veces se duplican. Así gastaremos menos y conseguiremos mejores resultados. Además, no estamos pidiendo más dinero a la administración pública, donde sabemos que no hay. Volcaremos nuestros esfuerzos en conseguir colaboraciones público-privadas y líneas de mecenazgo, que no han sido muy explotadas.


-¿Cuánto del dinero que necesitan vendrá de las empresas? Porque éstas también están en crisis, no sólo la administración.

-Pensamos más bien en grandes corporaciones internacionales que han mostrado su interés en algunas de las líneas estratégicas del CEI, caso de las energías renovables, el cambio climático y la salud ambiental, entre otras; y en entidades bancarias. En total, esperamos captar 7,5 millones de euros en cinco años.


-¿Con qué armas pretenden seducir al jurado en su presentación pública?

-No tenemos que hacerla en esta ocasión. Fue una noticia que tuvimos muy a finales de julio. Son tantos los proyectos que el ministerio ha decidido que sólo harán presentación los que optan por primera vez y los que ganaron en 2009 para ser evaluados. Se nos va a calificar sólo por la documentación. Nos apetecía mucho hacer la presentación pública porque hemos dado un salto cualitativo importante con respecto a nuestra primera propuesta de CEI. Hay muchas horas de trabajo detrás.


-Por cierto, ¿qué se le pasa por la cabeza cuando escucha que los profesores no deben quejarse por pasar a trabajar 20 horas?
-Lo que está pasando con la educación duele mucho. Es uno de los sectores más vocacionales. Como profesor te llevas trabajo a casa para la tarde, para el sábado, para el domingo... pero se sigue trasladando la idea de que tiene tres meses de vacaciones. Esto necesita rápidamente de una corrección de todos: de los medios y de los responsables políticos. Porque yo he trabajando este mes de agosto por un proyecto excepcional, pero me he encontrado en la Universidad con muchísimos compañeros que están trabajando en un proyecto europeo que no pueden dejar, en el laboratorio, que no cierra por vacaciones, que están preparando las clases para mejorar sus asignaturas... Este trabajo no se contabiliza. ¡Y que sean los políticos los que alimenten la idea de que los funcionarios sólo trabajan las horas en las que dan clases! Se está jugando con una cosa muy seria: la educación.


-Quizás es que en estos momentos y en un país donde la envidia es deporte nacional se focaliza más la rabia en los funcionarios y en sus contratos para toda la vida.
-Sí, pero tenga en cuenta que no se ataca a todos los funcionarios, se focaliza más en los de educación. Ayer, en un medio, escuché que los funcionarios de la comunidad de Madrid (PP) tendrían que trabajar tanto como los del Ayuntamiento de Madrid (PP). ¡Y resulta que estos trabajan dos horas menos que los de educación! Como siempre, se juega con las cifras y se enfrenta a unos funcionarios con otros. El funcionario de educación trabaja muchas horas, y esto además deja huella en su vida. Muchos están solteros, no tienen hijos, hacen vidas muy solitarias. Dedican su vida a la investigación, al estudio, a su carrera... No se puede generalizar pero sobre todo no se puede frivolizar. En otros países europeos, el profesor está mucho más cuidado porque se sabe lo fundamental que es para la construcción de la sociedad. Está mejor valorado socialmente. Nadie hace bromas con que está tres meses de vacaciones, porque además no es cierto; nadie hace bromas con que trabaja sólo 18 horas a la semana, porque además no es cierto. En España ser maestro o profesor es eso: ¡ya tiene la placita! Hay que corregirlo.


-Además, los políticos lanzan mensajes contradictorios: piden autoridad para los docentes y a continuación les acusan de ser unos vagos.

-Esos discursos, que se acentuarán con la campaña electoral, son muy peligrosos porque los escuchamos nosotros pero también los adolescentes. No se puede desautorizar al docente.
Pilar, profesora de Geografía Humana, tiene 36 años (es de las pocas mujeres a la que se le pregunta la edad y la dice con una sonrisa de satisfacción) y asegura que su vocación por la enseñanza le viene "desde pequenita". Así que discute sobre los problemas y los estigmas de su profesión con apasionamiento, que no perdiendo las formas. En eso consiste la educación: en dialogar, en razonar, en reflexionar.


-¿Hay plan B en caso de no ganar el campus de excelencia?

-No puedo pensar en eso. No puedo. Tiene que salir. El día 21, Andalucía debe celebrar que tiene un segundo campus de excelencia internacional. Andalucía se lo merece.

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