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«Hemos coincidido para hablar de lo que nos sale del alma»

Los toros y el flamenco, en doble maridaje, volvieron a ser el mejor telón de fondo para llenar hasta la bandera el antiguo teatro Álvarez Quintero, actual sede cultural de Cajasol. Foto: Javier Cuesta

el 14 sep 2009 / 23:08 h.

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Los toros y el flamenco, en doble maridaje, volvieron a ser el mejor telón de fondo para llenar hasta la bandera el antiguo teatro Álvarez Quintero, actual sede cultural de Cajasol, al reclamo de dos intérpretes, el matador de toros malagueño Javier Conde y la cantaora granadina Estrella Morente que además, son marido y mujer.

Fieles a su propio guión desde el principio, acudieron al evento vestido de torero posmoderno él; de artista antigua ella. Era la primera vez que se juntaban en un escenario, según confesó el matador, para hablar de sí mismos y sus respectivas maneras de sentir el arte entendido desde el cante y el toreo. Ninguno de los dos abandonó su singular puesta en escena, a medio camino entre la afectación y el sentimiento, para adentrarse en unas particularidades creativas, "hablando de lo que nos sale del alma".

Javier Conde definió el flamenco como "una naturaleza de vida" y su mujer le replicó intentando acercarse a la esencia torera de su marido, que "como artista, si es diferente es porque su alma es totalmente única". No le fue a la zaga Javier Conde, que después de un largo alegato en el que recorrió sus particularidades toreras remató diciendo que "si el toreo es algo, la música es algo y la vida es algo, es la cara de esta mujer". A partir de ese momento -sin apearse de ese tono escénico y algo falto de naturalidad, casi enfático- el diálogo entre ambos rompió definitivamente entre la complacencia y cierto asombro del público y la hábil moderación del periodista José Enrique Moreno, que condujo el acto.

"Con nuestras artes y nuestras vidas lo hemos conseguido todo", explicó Conde que refirió algunos rincones ocultos de su intimidad, como el momento en el que pidió la mano de su mujer al cantaor Enrique Morente después de torear en el Puerto de Santa María y en presencia de Rafael de Paula. Conde se refirió al respeto que siente su suegro por el mundo de los toros, que en una ocasión advirtió a su propia hija que "mientras se torea no se canta".

Pero si se cantó, a pulmón y a palo seco. Estrella Morente se arrancó "mira que eres lindo, que torero eres", después de que el matador malagueño desvelara que su mujer torea en el campo y "es flamenca tela" manejando los engaños. No acabó ahí ese recital íntimo. Estaban en su salsa y a la segunda copla el personal se rompió definitivamente con ellos. Hubo un antes y un después del regalo. La Morente le había ganado la mano a su marido con la ventaja de actuar en su propio terreno.

Pero Conde no quiso dejar la oportunidad de aprovechar su turno de quites para alabar al publico que abarrotaba la sala, definiendo como "un privilegio" la oportunidad que les brindaba el acto de ayer "de abrirse a Sevilla con desnudez ante la afición taurina y flamenca" según las palabras de su mujer. "Ya no me apetece llevarme nada de ningún lado", sentenció Conde, que explicó que la vida le había enseñado que "el toreo es mucho más real que cualquier cosa".

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