Gabriel Humberto Calderón es el extranjero que más goles ha logrado para el Betis, 38 sólo en la Liga. Ahora ya no lanza faltas porque se ha metido a entrenador, pero le va igual de bien. Debutó en el Caen francés en 1997; en 2002 se fue al lado, al Lausanne suizo; y en 2004 dio un giro brutal y se marchó a dirigir la selección de Arabia Saudí. El cambio le fue a las mil maravillas... o casi. Clasificó al equipo para el Mundial de 2006, pero fue destituido a pocos meses de la gran cita. Ya afincado en el mundo árabe, fichó en 2007 por la selección de Omán, pero a principios de 2008 la dejó por discrepancias con los directivos. Ese mismo verano fue contratado por el club más popular y antiguo de Arabia, el Al-Ittihad, y el éxito ha ido a más. Este año ha ganado la Liga y hoy, en Japón, disputará la final de la Liga de Campeones de Asia ante el Pohang Steelers, de Corea del Sur.
Su equipo es favorito: no ha perdido ningún partido en toda la competición y en semifinales dejó en ridículo al Nagoya Grampus nipón (6-2 en la ida). La final, además, se celebra en el Estadio Nacional, donde Gabi ganó el Mundial juvenil en 1979. Y no será el único ex bético. Su ayudante es Eduardo Anzarda, con más de cien partidos como verdiblanco entre 1974 y 1980. Así de felices festejan ambos en la foto su título liguero junto a uno de los dueños del club. Y en el horizonte de Calderón, cómo no... "Me gustaría pasar por Europa, por el Betis, donde jugué de joven", confesó hace poco en una entrevista en su país.
