El presidente de Cantabria relató el jueves los detalles de la cena de cumpleaños del Rey, un encuentro que logró sacar lo mejor de cada uno de los casi 500 invitados. El lehendakari, Ibarretxe, llegó incluso a brindar por España y aplaudió con entusiasmo en varias ocasiones.
Podía esperarse que el consenso sobre el papel del rey Juan Carlos en la España constitucional y las palabras de su hijo en su 70 aniversario despertaran en su cena de cumpleaños las emociones del más frío, pero era demasiado esperar que hasta el más nacionalista brindara por España. Y así fue, según narró el jueves el presidente de Cantabria.
Según Miguel Ángel Revilla, el lehendakari, Juan José Ibarretxe, se sumó el miércoles por la noche al brindis por España que hicieron los asistentes a la celebración institucional del 70 cumpleaños del Rey y "aplaudió con aparente entusiasmo" todos los discursos.
El propio lehendakari destacó el jueves, como en un intento por justificarse, que hay que "mantener las formas" y que el pueblo vasco "es educado". Ibarretxe, que compartió mesa en la cena con el Príncipe Felipe y el líder del PP, Mariano Rajoy, señaló que siempre ha mantenido "una relación personal correcta con los diferentes responsables institucionales españoles, sean éstos del PP o del PSOE".
"Es lógico, forma parte también de mi trabajo. ¿Cómo podríamos arreglar las cosas si ni siquiera desde un punto de vista personal nos habláramos?", apuntó. A juicio del máximo representante del Gobierno vasco, "hay una cuestión muy clara en el pueblo vasco, que es la educación, es ser educado, y por lo tanto, mantener las formas, que son parte del fondo".
Pero las confesiones de Revilla sobre la cena y la monarquía, que desveló en el programa Hoy por hoy de la cadena SER, no quedaron ahí.
El cántabro defendió que las tres décadas de reinado de don Juan Carlos han sido "los mejores años de la historia de España" y explicó que el miércoles vio al Rey "muy emocionado", en especial cuando se levantó el Príncipe y se dirigió a él "como hijo". "Hizo un discurso de hijo, no lo habitual que escuchamos cuando el Príncipe está hablando del Rey. Ahí sí que vi yo que se le cayeron las lágrimas. Estuvo muy emotivo", reveló.
El presidente cántabro aprovechó la ocasión para elogiar a los responsables de protocolo, que repartieron a los asistentes a la cena entre las distintas mesas, por haber formado grupos muy integrados de personas "de distintas maneras de pensar, pero que se llevan bien".
