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Icomos conmina a Cajasol a desistir de levantar su torre en la Cartuja

Era lo esperado. El Icomos, órgano asesor en materia patrimonial de la Unesco, emitió su informe sobre la Torre Cajasol, que sorprende por la contundencia con la que deja en evidencia, sobre todo, las políticas patrimonial de la Consejería de Cultura y el Ayuntamiento.
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el 15 sep 2009 / 18:58 h.

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Era lo esperado. El Icomos, órgano asesor en materia patrimonial de la Unesco, emitió su informe sobre la Torre Cajasol, que sorprende por la contundencia con la que deja en evidencia, sobre todo, las políticas patrimonial de la Consejería de Cultura y el Ayuntamiento. A Cajasol, que no quiso valorar el asunto, la insta a olvidarse del rascacielos.

El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, conocido en siglas como Icomos -para que se entienda, el organismo asesor de la Unesco en materia de patrimonio-, emitió ayer, antes de tiempo, su esperado informe sobre la Torre Cajasol. Contundente, rotundo y sin ambages, el texto firmado por su presidenta en España, María Rosa Suárez-Inclán, ha levantado ampollas en las entidades involucradas en el proyecto, léase la promotora Cajasol, el Ayuntamiento y la Consejería de Cultura de la Junta, si bien ayer apenas hubo pronunciamientos oficiales.

Los argumentos que aporta Icomos son de tal calado que dejan en una situación delicada no ya tanto a la caja -que plantea erigir su sede institucional en la Cartuja, frente a Torretriana, donde hace ya meses que comenzó las obras previas a la construcción propiamente dicha porque cuenta con licencia de Urbanismo para ello-, sino a las administraciones con responsabilidad patrimonial por haber permitido que un proyecto que, al decir de Icomos, agrede al paisaje urbano-cultural tradicional de Sevilla -labrado, como en Florencia, Edimburgo y demás ciudades de pedigrí europeas, sin romper la verticalidad más de lo preciso- haya obtenido respaldo sin debates ni una reflexión seria más allá de lo arquitectónico y lo meramente urbanístico.

Las consideraciones finales del informe Icomos no tienen desperdicio: "La protección de los bienes inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de Sevilla (Alcázar, Catedral y Archivo de Indias) no es compatible con la construcción de la Torre Pelli. El impacto en al menos dos de ellos -Catedral-Giralda y Alcázar- será prácticamente irreversible".

Y se razona: "El nuevo modelo que inaugura la verticalización de la ciudad, sobre todo tan cercana a su centro histórico se convertirá en un contexto inadecuado en el que entender, proteger y gestionar tales bienes".

No por menos, Icomos entiende que, de perserverarse en la idea de levantar el rascacielos pese a este dictamen -no es vinculante, pero si al final llega como parece al Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, tiene papeletas de admitirse a trámite-, cobraría enteros la petición de incluir a Sevilla en la lista negra del patrimonio, la del Patrimonio Mundial en Peligro, con el daño que acarrearía a una urbe que vive tanto del turismo y que vería comprometidas las declaraciones de sus tres únicos Lugares Patrimonio de la Humanidad.

Cajasol declinó ayer pronunciarse sobre el informe, al igual que el Ayuntamiento, que se limitó a enviar una nota de réplica a las declaraciones vertidas por el único partido político (el PP) que se ha postulado, tibiamente, de modo crítico acerca de la torre, cuestionando los problemas que su ubicación podría provocar en una zona donde el tráfico es ya un problema serio, máxime con un macrocomplejo repleto de tiendas y oficinas.

El portavoz popular, Juan Ignacio Zoido, pidió ayer públicamente al alcalde que "no se cierre en banda" y no practique, como hasta ahora, el "sí o sí";_y que sea menos "intransigente". La portavoz del Gobierno, Maribel Montaño, le reprochó que quiera meter miedo a la ciudadanía aludiendo a la posible amenaza de que la Unesco incluya a Sevilla en la Lista del Patrimonio en Peligro, y relató los esfuerzos que en esta materia ha realizado el Consistorio, que le hicieron merecedor del Premio a la Ciudad Patrimonial 2007 otorgado por el Ministerio de Cultura.

Ello contrasta con el análisis que hace Icomos, que asevera que "durante los últimos años se asiste a una trayectoria errática en la gestión del patrimonio cultural de la ciudad. No es sólo que se trate de incorporar intervenciones más que discutibles en su conjunto histórico o inmediaciones (proyecto Metropol-Parasol en la Encarnación, biblioteca universitaria en el Prado), sino que se está dando un proceso de sustitución y rehabilitación fachadista muy potente o programas de recuperación de espacios públicos con proyectos anodinos y estandarizados. Si a todo esto se suman propuestas como la del arquitecto César Pelli, sólo puede colegirse que actualmente se ha perdido el rumbo en la gestión patrimonial".

En esto tiene su buena cuota de responsabilidad la Consejería de Cultura, de la que se critica aceradamente su "inhibición" a la hora de valorar el proyecto de rascacielos pese a que la nueva Ley de Patrimonio Andaluza le proporciona la herramienta perfecta -por más que se diga que es algo posterior al proyecto de Cajasol- pues uno de sus puntales es la lucha contra la contaminación visual, y la torre, según Icomos, si provoca algo es eso, ruido visual en el horizonte de Sevilla.

Aun así, Cultura reiteró ayer que "no entra dentro de nuestras competencias pronunciarnos sobre el proyecto de la torre, mas como institución seria que somos, estamos estudiando el informe de Icomos y si se ve oportuno contestaremos directamente a este organismo".

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