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Imputan a un joven por el atropello de Antonio Olmedo en Carrero Blanco

Homicidio imprudente. Ése será el delito que la acusación particular impute al joven que amenazó con una navaja al menor que murió atropellado en Los Remedios por huir de él. Otros dos compañeros de pandillas, al que los padres del fallecido también quieren imputar, deberán declarar en el juzgado. Foto: Javier Cuesta.

el 15 sep 2009 / 21:54 h.

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Homicidio imprudente. Ése será el delito que la acusación particular impute al joven que amenazó con una navaja al menor que murió atropellado en Los Remedios por huir de él. Otros dos compañeros de pandillas, al que los padres del fallecido también quieren imputar, deberán declarar en el juzgado.

El juzgado de instrucción número 18 de Sevilla tomará hoy declaración a J.I.M.L., el joven que amenazó con una navaja en un botellón a Antonio Olmedo, el chico de 17 años que al tratar de huir de esta amenaza se saltó el seto de la mediana de la avenida Carrero Blanco y murió atropellado por un coche. Por estos hechos, que ocurrieron el 25 de octubre del pasado año, la acusación particular le imputará un delito de homicidio por imprudencia.

Los padres del fallecido, natural de San Juan de Aznalfarache, han pedido no sólo la imputación de este joven, sino también la de otros dos integrantes de la pandilla presuntamente agresora, a los que acusa de homicidio por imprudencia. A juicio de este matrimonio, ellos "debieron prever el desenlace fatal de su amenaza" y que la víctima, su hijo, saldría corriendo hacia la calzada.

Tras la declaración de J.I.M.L., que presuntamente amenazó con una navaja al luego fallecido, declarará su amigo J.A.P., mientras que la causa referente al tercer miembro de la pandilla -identificado como M.A.C.G.- ha sido remitida al Juzgado de Menores. No serán las primeras actuaciones que se acometen en este caso para esclarecer los hechos.

La juez ya tomó declaración ayer jueves, como testigos, a varios jóvenes que presenciaron el enfrentamiento registrado hacia las 4.30 horas de la madrugada del 25 de octubre de 2008, que acabó con la muerte de Antonio en la zona de botellón que se suele concentrar en torno al Club Mercantil.

El conductor del vehículo Ford Focus que lo atropelló, que casualmente resultó ser otro joven conocido de la víctima y residente en la localidad sevillana de Bormujos, dio negativo en la prueba de alcoholemia y permaneció en todo momento en el lugar, colaborando con la Policía. Sus amigos, sus familiares y los miembros de su equipo de fútbol, el Atlético Libertad, se manifestaron días después en Sevilla para pedir más control en los botellones juveniles. El de Antonio era el sexto atropello que se registraba en Sevilla en 10 días, dos de ellos, con víctimas mortales.

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