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Industria y campo sostienen el músculo sindical andaluz

Los altercados con los piquetes dejan nueve detenidos y cinco heridos, entre ellos tres policías y dos sindicalistas. El seguimiento fue especialmente masivo en Cádiz y Huelva.

el 29 sep 2010 / 19:53 h.

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Manifestación en Málaga.
El sector de la industria y el metal, cuna del movimiento obrero, y el campo andaluz, origen de la revolución jornalera, volvieron ayer a demostrar su histórica conciencia de clase con un seguimiento masivo de la huelga que contrastó con una incidencia escasa en el comercio y la hostelería. Así, las provincias más industrializadas, Cádiz y Huelva, superaron el 80% de seguimiento, según los sindicatos, que cifraron la media andaluza en el 75%. En Huelva, UGT y CCOO lograron convocar a 20.000 onubenses a la manifestación, la más numerosa tras la central en Sevilla. En total, 144.000 andaluces se echaron a la calle. No hubo datos oficiales para contrastar la estimación sindical.

 

Los sindicatos se mostraron especialmente satisfechos con el seguimiento en el sector metalúrgico, que cifraron en un 93% (la patronal rebajó al 15%), y destacaron el parón total del Polo Químico y Astilleros en Huelva, la industria naval y aeronáutica o Acerinox en Cádiz y Santana en Jaén. En el campo, frente a la "incidencia nula" de la que habló Asaja, UGT y CCOO destacaron la paralización del sector hortofrutícola en Almería y de cooperativas como Hojiblanca y Covap en Córdoba.

Los piquetes tuvieron dos momentos álgidos:de madrugada para impedir el acceso de los camiones que llevaban la mercancía del día a los mercados de mayoristas o la salida de los autobuses urbanos (en Granada comenzaron por la zona de marcha y obligaron a cerrar pubs y discotecas como la popular Mae West), y a primera hora de la mañana a las puertas de las grandes superficies comerciales. Tanto la Junta como el Gobierno central destacaron la ausencia de incidentes significativos, si bien los sindicatos denunciaron la excesiva presencia policial y uso de la fuerza en algunos casos, sobre todo en las cocheras de las empresas municipales de transportes y en los centros comerciales. El delegado del Gobierno, Juan José López Garzón, defendió que, como en anteriores huelgas generales, estaban en la calle todos los efectivos en servicio de la plantilla ordinaria.

La jornada se saldó finalmente con nueve detenidos (cuatro en Córdoba, tres en Málaga capital, uno en Marbella y uno en Almería), además de los cinco de Sevilla, por quemar contenedores, sellar cerraduras y altercados durante los piquetes y dos heridos al ser atropellados en el corte del acceso a Huelva desde Gibraleón. Del lado de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, tres policías nacionales sufrieron contusiones leves durante un enfrentamiento en un centro comercial de Málaga.

En cuanto a los transportes, los más afectuados fueron los autobuses urbanos -en Cádiz, tres de ellos amanecieron con las lunas rotas-, mientras que el AVE, los aeropuertos, el metro de Sevilla y los autobuses metropolitanos e interurbanos mantuvieron sus servicios mínimos, cuyo cumplimiento fue la nota "destacable"´para López Garzón.

La patronal de la hostelería y del Comercio destacaron la baja incidencia del paro en el sector, con establecimientos que cerraban sólo al paso de los piquetes y volvían a abrir. Nueve de cada diez autonómos no secundó el paro, según ATA.

Si la Delegación del Gobierno rehusó dar datos, la Junta hizo al mediodía una primera valoración sobre la incidencia en su administración. La consejera de Presidencia, Mar Moreno, compareció en San Telmo a la misma hora en que partía la manifestación de Sevilla. Fue breve y no dio a tiempo a que sus palabras se mezclaran con las proclamas de los sindicalistas, que llegaron más tarde a la puerta de la sede de la Junta.

Moreno cifró el seguimiento en la administración andaluza en un 7,8% (14,3% en la administración general, 3,5% en sanidad, 5,6% en educación y 16,8 en justicia). Cuando los líderes sindicales Manuel Pastrana y Francisco Carbonero llegaron al escenario preparado en San Telmo ya sabían los datos de la Junta, lo que sirvió a Pastrana para criticar la actual lejanía con el otrora gobierno amigo: "Están tan lejos que no nos ven aunque estemos en su misma puerta", dijo. En sanidad y educación, el paro según ellos fue del 60%.
Moreno rehuyó toda confrontación y evitó calificar de éxito o fracaso el paro, mientras reiteraba su disposición al diálogo "antes, durante y después de la huelga".

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