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Ingenieros en la guardería

Conocíamos el culto alemán a la planificación. De la ausencia en su ADN nacional del concepto de improvisación. Pero se acaban de superar con creces. De acuerdo con una información del Financial Times, corporaciones como Siemens o Bosch, junto con cientos de medianas y pequeñas empresas...

el 15 sep 2009 / 09:52 h.

Conocíamos el culto alemán a la planificación. De la ausencia en su ADN nacional del concepto de improvisación. Pero se acaban de superar con creces. De acuerdo con una información del Financial Times, corporaciones como Siemens o Bosch, junto con cientos de medianas y pequeñas empresas alemanas, han emprendido una iniciativa que refleja esta adoración por el método y el largo plazo. Dada la necesidad de ingenieros, por el creciente desfase entre la demanda empresarial y la oferta universitaria, han decidido que la iniciativa más realista es dedicar tiempo y recursos a las guarderías alemanas. Como han declarado sus portavoces, "queremos niños que se exciten con la tecnología desde muy temprana edad, porque lo que aprendan a esa edad permanecerá el resto de sus días". Siemens, con su programa educativo Generación 21, ha distribuido unas "cajas de descubrimientos", para uso y disfrute de todos los niños alemanes de entre 3 y 6 años. En palabras de uno de sus directivos, "sabemos que arrancar desde la escuela no es suficiente, hay que hacerlo desde muy al principio, necesitamos ayudar a los niños a comprender cómo funcionan las cosas cuanto antes". Como ha declarado uno de los dirigentes de Bosch, "Alemania se basa en la innovación, y eso necesita personas". O en palabras de otro empresario, "el perdedor será Alemania, no sus empresas, que siempre podrán encontrar ingenieros en Asia. Por eso, todo lo que podamos hacer, incluso ir a las guarderías, ayuda".

En Alemania, en vez de pedir grandilocuentes reformas legislativas o el gasto de nuevos recursos públicos, las empresas han decidido, con visión del largo plazo, emplear sus esfuerzos para solucionar sus propias necesidades. Un ejemplo a la hora de entender la economía, el papel del Estado, la responsabilidad empresarial sin tutelas públicas.

Un ejemplo para aprovechar en estos difíciles momentos. Para reflexionar sobre nuestra percepción del concepto de responsabilidad económica. Tanto desde la óptica del devenir histórico, como de la responsabilidad intergeneracional.

Para analizar, con honestidad, dónde han residido los errores, los problemas, los fracasos, los engaños, los excesos, las oportunidades perdidas. Para denunciar el falaz juego de culpables y víctimas en el que ahora se instalan algunos sectores de la opinión pública, donde el Estado es el agresor y algunas empresas los inocentes damnificados. Para ser conscientes de la urgencia de un compromiso colectivo, sin vanas apelaciones o reproches a un Estado casi superado por la naturaleza y efectos de la actual crisis. Para asumir que una salida del actual atolladero requiere algo más que oportunistas declaraciones. Para entender que se necesitan ideas imaginativas, audaces, para volver a ser una nación que mira al futuro con un optimismo razonable. Para evitar, en definitiva, que nuestros desaguisados tengan que ser resueltos por los futuros ingenieros, empresarios o políticos, que hoy juegan en nuestras guarderías en la más absoluta de las inocencias.

Abogado

opinion@correoandalucia.es

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