Cultura

Inmersos en la música medieval

FeMÁS/31 *** 31º Festival de Música Antigua de Sevilla Christophe Deslignes: La Convivencia. Espacio Santa Clara, viernes 28 marzo 2014. Eloqventia: Chominciamiento di gioia. Espacio Santa Clara, sábado 29 marzo 2014. Tasto Solo: Je loe amours. Binchois y Dufay en el manuscrito Buxheimer (c.1460). Iglesia de San Andrés, sábado 29 marzo 2014.

el 30 mar 2014 / 11:18 h.

Una de las propuestas más arriesgadas y exigentes de este Femás fue la protagonizada por el inquieto especialista francés Christophe Deslignes al mando de su organetto medieval u órgano portátil. Con una mano manipulando el fuelle y la otra el teclado, sus escasas posibilidades polifónicas auguraban una experiencia difícil, pero su generosa proyección acústica, las gradaciones dinámicas que permite el fuelle, su sonido penetrante y la imaginación y creatividad de su intérprete, hicieron que la propuesta se digiriese con placer. Un repertorio integrado por obras dinámicas e intimistas, combinadas con creaciones propias y presididas por la improvisación de este admirador de Artefactum, que la noche anterior protagonizó una celebrada velada junto a la cantante y arpista Patrizia Bovi. Alejandro Villar y David Mayoral, integrantes de Eloqventia, acudieron ataviados con un nutrido grupo de instrumentos de viento (flautas, gaitas, cuernos), cuerda (zanfoña, salterio) y percusión (panderos, campanas, doumbek y tambores) para recrear antiguas danzas, unas muy dinámicas y otras relajadas y sensuales. Aunque exhibieron virtuosismo y versatilidad, acusaron cierta monotonía y falta de auténtica creatividad, no obstante agradecer su didáctica lección sobre los instrumentos utilizados. Tasto Solo amplió la gama instrumental con precedentes de instrumentos modernos, como el clavisimbalum, la fídula o de nuevo el organetto, del que Guillermo Pérez es también un consumado especialista. Mucho han evolucionado en estos últimos años estos jóvenes intérpretes que para la ocasión fijaron su atención en Gilles Binchois, gran melodista y renovador de la estética musical, y en el Buxheimer Orgelbuch, una de las fuentes más importantes de la época para instrumentos de teclado. Acometido todo con un carácter inconfundiblemente cortesano, destacó la dulce y delicada voz de Annie Dufresne; lástima que ese fuera precisamente el único tono y estética que imperó en el desarrollo de todo el programa, sin apenas cambios de matices ni color.

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