Economía

“Internet aprendió de las ‘puntocom’; si una red social no aporta nada, la hunde”

Marcaje al empresario. Entrevista a Javier Padilla, socio fundador de la plataforma Moodyo.

el 18 ene 2014 / 23:27 h.

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15410018Dejó su trabajo como director técnico del digital de ABC Sevilla para apostar por su idea. Javier Padilla (Sevilla, 1977), que tiene el gusanillo de emprender metido en las venas –programador, maquetador, profesor y fundador de varias empresas y portales– se ha embarcado en esta aventura junto a Álex Guerra, ingeniero de telecomunicaciones, y Enrique Dubois.

–Para quien no haya oído hablar de Moodyo ¿en qué consiste y qué ofrece? –Moodyo es una plataforma para que la gente aproveche la información de su entorno y pueda comprar de la forma más eficiente y con el mayor ajuste en precio, localización y necesidad. Por ejemplo, si buscas unas zapatillas de deporte o un GPS preguntas a la gente que ya los tiene y el lugar más barato donde comprarlo, sea tienda física o en una página web. –¿Una especie de red social? –Es una plataforma donde los usuarios se siguen unos a otros como en Twitter. Si te gustan los deportes, sigues a deportistas, o si son las nuevas tecnologías, pues a gente que sabe de ellas. Se va actualizando con nuevos productos o más información. La plataforma se basa en tres botones: lo quiero, lo tengo y mola. El primero sirve para que las tiendas puedan llegar al usuario y el segundo para que los demás conozcan tu experiencia con ese producto. Ahora mismo estamos enfocados en varios sectores: deportes, tecnologías, juguetes y decoración, para que no se nos vaya de las manos. –¿De dónde llegó la inspiración? –Básicamente vino de un regalo que no me gustó. Mis padres me regalaron una diana que ni necesitaba ni me gustaba. De ahí surgió la idea de hacer una especie de Facebook de regalos, pero vimos que no era la base sobre la que construir un negocio. Moodyo nació en 2010 y cuando se lo enseñé a Álex, un ingeniero con quien había trabajado en otros proyectos, no solo quería ser el programador, sino parte de él. Como necesitábamos más tiempo si queríamos apostar por el proyecto, dejamos nuestros trabajos, buenos trabajos. Hicimos un prototipo y Enrique Dubois, de la incubadora de empresas Mola, se fijó en nosotros y nos ofreció formar parte de la incubadora. La unión se formó en marzo y empezamos a buscar financiación. –Desde que era una idea en la cabeza hasta que tomó forma ¿Cómo fue el proceso? –Lanzamos el producto a principios de 2013 y en abril nos plantamos en Nueva York en el encuentro Startup Alley, en el que recibimos muy buenas impresiones de otros inversores y de gente del sector y decidimos hacer carrera en EE.UU. El primer viaje de tanteo acabó convirtiéndose en tres viajes que sumaron cuatro meses en Nueva York. Nos hemos asociado con una startup americana que se quiere orientar al sector de las bodas. Nosotros somos los socios tecnológicos. –¿Satisfecho de la experiencia de búsqueda de inversores? –Hemos encontrado inversores interesados en Moodyo que nos piden que nos llevemos la empresa para allá, pero como emprendedor andaluz siempre he criticado el modelo de llevarse la empresa fuera. Una de nuestras fuerzas es que tenemos muy buenos ingenieros en Andalucía, que o están en paro o no se les paga como deben. En EE.UU. tienen la maquinaria de marketing y el potencial comercial para desarrollar el negocio. Por ello, hemos hecho un híbrido, dejar la ingeniería en Sevilla y llevar el desarrollo del negocio y marketing allí. –¿Hay prejuicios fuera sobre el emprendedor español? –Para eso los americanos son muy buenos. Si ven posibilidad de negocio, no miran la etiqueta y les da igual de dónde vengan las ideas. En el primer trimestre abriremos oficina en Nueva York y nos estableceremos como sociedad. –¿En qué fase está Moodyo? ¿Cuales son sus números? –La plataforma vende, ya generamos ingresos y se realizan pedidos. Moodyo empezó con unos 60.000 productos en la base de datos y ahora tiene más de un millón. Respecto al número de usuarios, hemos pasado de un 10-15% que eran activos (que una vez registrados vuelven al cabo de un mes) a un 35-40% y hay cerca de 250.000 intenciones de compra. –¿Público objetivo? –El 60% de nuestros usuarios se corresponden con el perfil de una mujer de entre 24 y 35 años a la que le gusta la decoración, la moda, la tecnología y el deporte. Tiene un poder adquisitivo medio y dedica tiempo a otras redes sociales como Pinterest. –¿Las redes sociales pueden convertirse en la próxima burbuja? –Internet ha aprendido mucho de la burbuja de las puntocom. Cuando una red social no ofrece ningún valor ni resuelve ningún problema ni consigue dinero, es el propio sector el que la ahoga o la hunde. En EE.UU. hay unas 60 redes solo dedicadas al e-commerce. Nosotros acudimos a cubrir un nicho de mercado que no se está tocando y optamos por una red social enfocada a perfiles. Una startup española no puede competir con una estadounidense, porque una idea similar a la nuestra nace con 3 o 4 millones. –¿Se ha tocado techo o queda potencial para explotar las redes sociales desde un punto de vista empresarial? –Queda mucho. La compra por recomendación es el futuro de las compras: qué me compro, qué se ajusta más a mí... y también ahorras tiempo. Faltan herramientas que rellenen el hueco entre el tiempo que pasamos en internet y en una tienda. Para ello es interesante la geolocalización porque permite una publicidad muy personalizada. Estamos cansados del spam de cosas que no necesitamos, pero si sé que quieres algo ¿por qué no ofrecer un descuento determinado?

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