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Intr:Muros: resistencia cultural

En pleno corazón de la Sevilla bohemia un minúsculo, valiente e impronunciable proyecto artístico se abre camino.  

el 14 nov 2010 / 20:59 h.

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El Pumarejo es una zona cargada de estigmas. Que si la Sevilla roja antaño, que si la Sevilla bohemia hoy. En cuanto al ocio, mercadillos, guateques al aire libre y encuentros interculturales de variado pelaje son sus mejores alforjas.  Hay quienes ven en esta collación del corazón hispalense un Raval barcelonés a medida y despejado de tanta controversia (aunque, ojo aquí también la hay, de varios quilates además...).
Y así como no se entiende el Raval sin sus broncas vecinales y sus altercados, tampoco sería propicia la comparación si en el Pumarejo, junto a okupas, reivindicativos de todo calibre y amantes de la cebada gasificada (cerveza, vamos) no hubiera una actividad intelectual de alto postín. Lo de postín es más un decir que otra cosa porque quienes por aquí se empeñan en poner en marcha un negociado cultural las pasan canutas para llegar a fin de mes. En el fondo puede que ni siquiera estén tan alejados en espíritu de quienes pasan la tarde al abrigo de un vasito con líquido espumoso. Sólo que unos se salieron del rebaño para descubrir América.

Hace tres años se celebraba la heroicidad de un luxemburgués que, sin hacer honor al sufijo de su gentilicio, abandonó su amable y diminuto país centroeuropeo para aterrizar en la calle Fray Diego de Cádiz con la loable intención de abrir un espacio para mostrar arte contemporáneo cocinado en el Sur. No contento con ello, dijo que lo suyo no eran los óleos ni las esculturas, sino las instalaciones, el vídeo-arte y otras extravagantes formas de creación. A su Galería Weber-Lutgen -que así se llama-, no se confesó otrora, se le vaticinaba poca vida. Y, felizmente, ahí sigue, poniendo a la verita del Pumarejo una pica en el arte actual más granado.

Ahora son otros dos quijotes los que se han embarcado en la aventura de hacer algo nuevo, no ya en la Macarena, sino en Sevilla entera. ¿Sevilla? De la cosmopolita Barcelona hacia abajo no se conoce algo igual. Se denomina Laboratorio Intr:Muros y si se pasa por alto su impronunciable nombre se descubre un local consagrado, ojo al dato, al arte sonoro.

Están locos estos romanos es una de las frases favoritas de Obélix y sería fácil reproducirla cambiando romanos por gaditano y onubense, que a la sazón son las cercanas procedencias de José María Pérez y Míriam Blanch, una pareja artística (forman el grupo TensionCo) y vital en todos los sentidos que están detrás de este nuevo e ¿imposible? proyecto.

Ellos creen que sí, que en Sevilla hay espacio para un lugar como el que proponen. "Sabemos que en la ciudad hay gente a la que le interesa todo esto. Nuestro reto es aglutinarla en torno al nuevo centro", cuentan. ¿Laboratorio?, ¿arte sonoro?, ¿Intr:Muros? Todo suena extraño, el redactor lo sabe, ellos lo saben y usted lo sabe. Por eso, para solaz del entendido pero más aún del curioso, lo primero que se encontrará tras la puerta del local -ubicado en la calle Aniceto Sáenz, 2- es un ambigú en el que tomar fuerzas antes de encasquetarse el casco de explorador.

Funcionan como asociación pero todo el mundo es libre de entrar, escuchar, contemplar o participar. Porque la actividad en Intr:Muros no cesa desde que hace poco más de un mes abrieron sus puertas. Sesiones audiovisuales, audiciones, talleres y pequeños conciertos se vienen sucediendo sin que, de momento, nadie haya reparado en lo milagroso de que algo así surja en una Sevilla a la que el título de Ciudad de la Música cada vez le viene más grande.

"La iniciativa es cien por cien privada, por eso estamos abiertos a propuestas de colaboración. Toda ayuda posible es buena", apuntan. Ninguno de sus dos mentores es nuevo en esto de las propuestas al margen (que no marginales). Intr:Muros, antes que lugar de encuentro en el Pumarejo fue y es un festival de música electrónica que se ha celebrado durante dos años seguidos en la Cartuja de Cazalla de la Sierra en el mes de julio y que ahora busca regenerarse en otro escenario rural, al abrigo de una parra y con unos cables por medio. Cerca de una churrería, a pocos pasos de la Reina de la Madrugá, en el epicentro de la resistencia callejera y vecinal... ahí andan ellos. Haciendo más Sevilla con una sala diáfana y sonora a la vez cuyo nombre, algún día, se escribirá con negrita en los anales de la Híspalis cultural.

De utilidad:
Qué: El Espacio Intr:Muros está en la Calle Aniceto Sáenz, 2. Su teléfono es el 608033150.
Cuándo: Abren (casi) todos los días en horario de tarde. Lo mejor para estar informado de las actividades que se realizan es enviarles un email a intrmuros@gmail.com.
Más: Entre el 17 y el 20 de noviembre, Rubén Barroso, director del Festival Contenedores, imparte un taller de performance abierto a todos los interesados. Y en diciembre, el especialista Carlos Suárez maridará fotografía y arte sonoro en una serie de encuentros.

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