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IU pone en manos de sus bases tanto su programa como su candidato para las municipales

El proceso se abre a los simpatizantes en un momento crucial para las fuerzas minoritarias.

el 05 ago 2014 / 10:00 h.

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José Manuel García. / Pepo Herrera José Manuel García. / Pepo Herrera Las bases de Izquierda Unida –y al decir bases, se dice también los simpatizantes– tendrán todo el poder para decidir tanto su programa como su candidato para las próximas elecciones municipales previstas para mayo de 2015. Una convocatoria que el portavoz de este grupo en el Ayuntamiento, José Manuel García, calificó ayer como «la más importante desde la llegada de la democracia» cuando compareció ante los periodistas para explicar que el planteamiento de su formación de cara a la próxima cita con las urnas se hará de abajo arriba. Lo sean o no, lo cierto es que el panorama electoral lleva meses presentando un duelo crucial entre los grandes partidos nacionales que operan en la estratosfera de la alta política y las fuerzas minoritarias y emergentes más vertebradas y apegadas a la calle. Y es en este segundo grupo donde IU aspira a aglutinar todas las fuerzas disponibles. «Hacemos un llamamiento a todas las organizaciones y colectivos con los que hemos venido trabajando» en la lucha social, explicó ayer García, quien dejó a un lado todo lo relativo a sus aspiraciones personales y a su futuro papel en la formación (que queda también en manos de las bases) para centrarse en una fecha de partida, septiembre, y en un objetivo: trabajar entre todos los sectores progresistas de la sociedad hispalense para que dentro de diez meses se pueda desbancar «democráticamente» al Partido Popular del poder local. El discurso de IU a este respecto no es nuevo: en palabras del citado portavoz municipal, la gestión de los populares en el Ayuntamiento de Sevilla ha supuesto un «retroceso histórico» en todos los ámbitos, en particular en los que tienen una repercusión mayor en el aspecto social. Tampoco es nuevo que los simpatizantes y ciudadanos en general han tenido siempre las puertas abiertas en las asambleas locales de la coalición (lo recogen los estatutos). Pero el interés de García por subrayar ambas cosas ya conocidas tiene sentido cuando la encrucijada política actual presenta un reto que podría resumirse en la expresión ahora o nunca. De ahí el llamamiento a hacer piña y a participar cuantos más, mejor. Este «proceso de convergencia» del que habló ayer el portavoz de IU tiene que actuar en cuatro frentes: «la Sevilla del empleo y la reactivación económica y social; la Sevilla habitable y sostenible; la Sevilla de los servicios públicos municipales y los servicios sociales» y, finalmente, «la Sevilla de la transparencia y la democracia real». Con las decisiones que se tomen en las asambleas de base, el consejo local de IU se reunirá y decidirá «la hoja de ruta a seguir» en materia electoral. ¿Podría ser que las bases decidieran la celebración de unas primarias? «Podría ser»; lo tendrían que decidir ellas de forma democrática en todo caso, según José Manuel García, quien sí puntualizó que nadie se va a postular como candidato, sino que serán esas mismas bases quienes propondrán «nombres de compañeros». La misión, tal como la planteaba ayer este responsable de IU, es «recuperar el protagonismo ciudadano», y llegar a acuerdos «no en torno a personalidades ni a siglas, sino a políticas y ejes programáticos». Sentado ante la mesa, García tenía ante él una pantalla en la que figuraban los tres lemas de batalla de IU: pan, trabajo y techo, «claves», según dijo, de un próximo «proceso constituyente» que ponga la política «al servicio de la gente y no de los mercados». El resultado de este empeño es imprevisible: «Encuestas no tenemos; cuestan dinero y no nos las podemos permitir». Lo que sí se sabe es que la convergencia no se va a hacer con Podemos, que era una de las grandes dudas que planeaban sobre la estrategia preelectoral de la coalición. Al menos, no de entrada. José Manuel García dijo ayer que no habrá siglas en esta llamada a la sociedad para participar en un proyecto colectivo, sino «ciudadanos, organizaciones sindicales, plataformas por una vivienda digna, movimientos feministas, de la sanidad, del deporte de base, de defensa de la educación pública y laica...». Eso no quiere decir que no pueda haber pactos luego: «Si en un momento dado hay confluencia con otras organizaciones, ya lo veremos».

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