El futuro de la dehesa de Tablada está prácticamente congelado a la espera de las decisiones que adopte el Tribunal Supremo. El PSOE ya optó por abandonar la vía de la expropiación y recuperar la fianza que tenía en los juzgados e incluso abrió públicamente una puerta a una negociación con los propietarios para buscar una fórmula de gestión de la dehesa como suelo no urbanizable de especial protección. Durante todo este proceso, completamente bloqueado en estos momentos, IU ha mantenido una posición crítica: la federación no quería abandonar la vía judicial y desconfiaba de una negociación que podía derivar en concesiones a los empresarios de la sociedad Tablada Hispalis.
Pese a que hace meses que no ha habido avances en estos contactos y a que la dehesa parece condenada a volver a dirimir su futuro en una campaña electoral, esta semana el primer teniente de alcalde y portavoz de IU, Antonio Rodrigo Torrijos, expresó, en una entrevista a Europa Press, su disposición a "negociar" con los propietarios: "Estamos dispuestos, pero siempre en base al valor aproximado del suelo según su calificación urbanística".
Torrijos se refiere con estas palabras a que el coste de la expropiación de los terrenos se pueda determinar al margen de los tribunales -en una línea similar a la expropiación pactada planteada hace ahora un año por el alcalde de Sevilla- con un acuerdo que tenga como ejes principales la catalogación de la dehesa como zona no urbanizable de protección especial recogida tanto en el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) como en el Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Sevilla, así como los nuevos parámetros en cuanto al valor de los terrenos fijados en la Ley del Suelo aprobada por el Gobierno central.
Aunque en el fondo, todos los partidos coinciden en sus manifestaciones públicas -y así quedó de manifiesto en este mandato en una moción plenaria sobre la protección de la dehesa aprobada por unanimidad-, el futuro de Tablada marca las diferencias políticas en el seno del gobierno y entre los dos socios y la oposición en cuanto a la fórmula a adoptar para resolver la encrucijada de Tablada. "El PSOE y nosotros -por IU- coincidimos respecto a la naturaleza del suelo y el futuro de la dehesa, verde y pública, pero en el carácter público, el PSOE tiene menos firmeza", apuntó Torrijos. Recientemente, en una entrevista con este periódico, llegó a censurar que entre sus socios de gobierno habían surgido demasiadas "dudas" a la hora de afrontar la transformación de la dehesa en un parque periurbano.
De hecho, ha sido el PSOE quien públicamente renunció a intentar la expropiación por vía judicial tras dos reveses y abogó por un acuerdo que de momento sigue sin materializarse. El PP, por su parte, ha expresado en repetidas ocasiones su defensa de una Tablada verde obtenida a través de un proceso de diálogo con los propietarios, pero sin especificar qué concesiones está dispuesto a realizar a los promotores ni cuál es su modelo de parque.
PSOE e IU arrastran su pulso por la dehesa de Tablada con los promotores desde hace ya dos mandatos. Las dos partes han recibido reveses judiciales. El Ayuntamiento, al ser rechazados sus intentos de expropiación de los terrenos a los promotores, y éstos al defender los tribunales la catalogación del terreno como suelo no urbanizable de especial protección. Todo queda aún pendiente de una nueva resolución judicial del Supremo que debe aclarar el conflicto sobre la propiedad de los terrenos.
